Disney no compró Fox por superhéroes

 

Sucedió. Mucho antes de lo que todos esperábamos, sucedió. Disney compró 21st Century Fox. Así como si nada, el ratón desembolsó más de 50 mil millones de dólares para absorber a otro de los seis grandes estudios.

La adquisición significa el fin de una era. Desde hace décadas que Disney, Fox, Sony, Viacom, Universal y Warner Bros. representan la élite de la élite: las mega corporaciones que producen y distribuyen la gran mayoría de los productos cinematográficos. Entre los seis, esencialmente conformaban la industria del cine entera. Y ahora solo hay cinco.

También significa una celebración para los fans del Universo Cinematográfico Marvel. Heraldo de la compra fue Stan Lee: el nonagenario sugirió hace un tiempo que tal vez los Cuatro Fantásticos y los X-Men –propiedades de Fox– se reencuentren con el resto de Marvel bajo el techo de Disney. Por fin, Wolverine y Capitán América hombro con hombro.

Pero no a todos les emociona la compra. Hace unas semanas un amigo se me acercó a preguntarme si la venta incluiría a Los Simpsons. Tenía cierta preocupación de que Disney los arruinara. Leí a unos fans especulando incertidumbres sobre el futuro de Deadpool, un personaje nada al estilo del ratón.

Las preocupaciones me regresan a hace media década, cuando el imperio de Walt compró Star Wars. Histeria colectiva corría por los foros: ¡Leia sería una princesa Disney! ¡Lo van a volver para niñitas! ¡Van a arruinar todo!

Tres películas, una serie animada e incontables libros y cómics después, es bastante evidente que eso no pasó. Y la razón es obvia: si Disney quisiese hacer una película sobre princesas espaciales para el mercado femenino prepuberto, no tendría que costear una franquicia por cuatro mil millones de dólares. Solo tendría que hacer su película y las niñas pequeñas la irían a ver. Esa audiencia ya la tiene ganada.

Las adquisiciones por parte de Disney de Star Wars y, posteriormente, Marvel fueron parte de un conciso, consistente esfuerzo por expandir los mercados a su alcance. Ya tenía a las audiencias familiares y femeninas, pero le hacían falta las masculinas y adolescentes-adultos. Después de unos cuantos fracasos a principio de milenio por captarlas (Treasure Planet o Atlantis), el ratón volteó a franquicias ya establecidas y las devoró.

Pensar que Disney compró Fox para tener acceso a sus superhéroes (como muchos fans dicen) es como pensar que compró Star Wars para contar historias de princesas. Ya tiene con Marvel todo lo que necesita para llegar a las audiencias que ven películas de superhéroes, unos cuantos encapuchados más no hacen gran diferencia. La adquisición fue realizada para eliminar competencia, expandir mercado y alimentar catálogo.

Resulta que Disney está preparando su propio servicio de streaming, para competir con Netflix. Resulta que las plataformas de streaming se benefician de ofrecer una amplia variedad de series y películas. Resulta que comprar a un competidor es la más rápida forma de multiplicar su catálogo.

En fin. Ciertamente Disney va a aprovechar a sus nuevos héroes, pero eso está lejos de ser lo más importante de la adquisición. Pagó por Fox más de diez veces lo que pagó por Star Wars –y se compró una infraestructura enorme.

Por cierto, la rama cinematográfica de Sony está en cuerda floja, mientras que Viacom sufre de no tener buenas propiedades intelectuales que explotar. Quién sabe, tal vez en unos años a Disney le dé por comprarlos y retar lo que realmente significa ser un monopolio.

 

Por Gerardo Novelo*

gerardonovelog@gmail.com

* Estudiante de Comunicación. Gran fan del espacio, tanto exterior como personal. Se las trae contra los estudiantes de ingeniería.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.