En Tixtla, grupo criminal impone toque de queda y el alcalde pide ayuda

CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Mientras el gobierno de Héctor Astudillo Flores prepara una estrategia paramilitar para aniquilar activistas, un grupo criminal impuso toque de queda en la cabecera municipal de Tixtla.

Así lo aseguró la guardia comunitaria que opera en ese municipio, y anunció que a partir de mañana cerrarán carreteras para protestar por la situación de extrema violencia, impunidad y corrupción que prevalece en esa población ubicada a 15 kilómetros de esta capital.

Por su parte, el alcalde perredista de Tixtla, Hossein Nabor Guillén se declaró incompetente para revertir la ola de inseguridad y violencia, y lanzó un grito de auxilio a los gobiernos estatal y federal.

“Nosotros estamos tratando de contener lo que más podemos, pero mientras no haya presencia del gobierno federal y estatal, pues obviamente se nos complican más las cosas”, indicó.

Desde ayer, un grupo delictivo identificado como La Nueva Familia de Los Jefes subió un comunicado a las redes sociales, donde anunció un virtual toque de queda en Tixtla después de las 11 de la noche.

El mensaje hace referencia a la disputa de esa plaza y advierte a los ciudadanos que acaten su orden, pues de lo contrario no responderán ante consecuencias trágicas.

Este hecho provocó pánico y terror entre los pobladores de Tixtla, lugar conocido por ser cuna del héroe de la Independencia Vicente Guerrero Saldaña y del prolífico escritor indígena Ignacio Manuel Altamirano.

La guardia comunitaria que tiene su bastión en el barrio de El Fortín también lanzó un comunicado para denunciar que desde hace varios meses la violencia se ha intensificado en Guerrero, principalmente contra normalistas de Ayotzinapa y activistas en Tixtla.

“Día tras día hay desapariciones forzadas, levantones, desmembrados y ciudadanos asesinados. Es notable que la inseguridad ha ido en aumento en los últimos días, y a pesar de la presencia de policías estatales y militares que resguardan las entradas y salidas del municipio de Tixtla, las ejecuciones continúan y nos han sometido a un toque de queda, apoderándose de la población el miedo y el terror”, destaca el documento.

También hace un recuento de los crímenes más recientes, y detalla que el pasado miércoles 23 fue privado de la libertad el profesor Irineo Salmerón Dircio –coordinador de enlace de la guardia comunitaria de Tixtla– cuando se dirigía a impartir clases en una escuela primaria del municipio.

Dos días después, el asesor de los comunitarios fue hallado muerto junto con otros dos hombres en el poblado de Amate Amarillo, municipio de Chilapa, y los victimarios dejaron al lado de los cadáveres un narcomensaje con la siguiente leyenda:

“Esto les paso x no alinearse con el jefe, y esto va pa todos los comunitarios chaqueteros, la mera riata es la mera riata. Atte: Los Jefes”.

En otro hecho perpetrado el lunes 28, un grupo armado se llevó por la fuerza al exregidor y promotor de grupos de autodefensa en el poblado de Atliaca, Luis Tenero Encarnación, quien también fue ejecutado junto con otros dos hombres sobre el libramiento Chilpancingo-Tixtla, a la altura del poblado de Matlalapa.

La guardia comunitaria de Tixtla consideró esos crímenes como una estrategia paramilitar dirigida contra sectores sociales organizados por el gobierno de Héctor Astudillo Flores, que tiene como propósito aniquilar la disidencia contra el gobierno en sus tres niveles.

Advirtió sobre el uso de “grupos paramilitares para hacer el trabajo sucio que no hace abiertamente el gobierno”, y responsabilizó de los recientes crímenes a la clase política de la entidad, en particular al gobernador y al alcalde Hossein Nabor Guillén.

Por ello, subrayó, a partir de mañana tomarán carreteras como medida de presión para obligar a las autoridades a garantizar la seguridad en Tixtla y revertir los efectos de la narcoviolencia.-Proceso

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