Facebook y el INE

Mientras Tim Cook, alto ejecutivo de Apple que quedó en lugar de Steve Jobs, prefiere que su sobrino se mantenga lejos de las redes sociales, Mark Zuckerberg habla acerca de tratar de pasar menos tiempo en Facebook. Justin Rosenstein, creador del botón de “Me gusta” ha salido de la red social y algunos exempleados que se dicen arrepentidos, han fundado diversas iniciativas de concienciación sobre la plataforma en línea y los riesgos de su uso extensivo; sendos ejemplos son Common Sense, fundada por Sean Parker (primer presidente de Facebook) o Time Well Spent, de Tristan Harris (ex diseñador ético de Google).

En las páginas personales de cada individuo -que voluntaria y gratuitamente contribuye a enriquecer en contenido-, se pueden visualizar, sin problema alguno, sus gustos, sus círculos de amigos y, en algunos casos, rutinas laborales, gastronómicas, de ejercicio y hasta direcciones físicas. En estos días no es necesario contratar detectives privados para obtener información detallada sobre alguien en particular.

No obstante, aunque existan los llamados siete principios básicos de la privacidad de Facebook, ha trascendido que cierto grupo de hackers rusos como Fancy Bear, habrían podido acceder desde esta plataforma a otras relacionadas como Google y llegar hasta los correos electrónicos y correspondencia privada de empleados de diversas compañías proveedoras de servicios de seguridad del Estado Americano.

Estas operaciones están lejos de hacer lo que un detective privado podría llegar a completar, se trata de verdaderos servicios de inteligencia y vigilancia de una red extensa de personas, compañías y recursos útiles para poder armar un complicado rompecabezas que puede monitorizar decisiones, tendencias, protagonistas, colaboradores y movimientos a escalas geográficas, económicas y políticas nunca antes logradas en “tiempo real”, gracias al análisis de la llamada inteligencia artificial. Este tipo de operaciones son las cuales habrían podido lograr los llamados hackers rusos durante la campaña de Hillary Clinton observando las maniobras del partido demócrata.

Por supuesto, quien tuviese la posibilidad de contar con ese recurso, tendría una clara ventaja sobre su oponente en las elecciones y por qué no, también en la economía. Sea Cozy Bear o Fancy Bear, grupos de mercenarios ligados a los llamados The Dukes, los más célebres hackers rusos, se presume que se habrían infiltrado en el partido demócrata de Estados Unidos, durante un año completo, por lo cual todas sus comunicaciones habrían estado comprometidas, sin embargo, hasta para el FBI y la CIA es prácticamente imposible presentar pruebas fehacientes al respecto y en el mismo país hay quien afirma que la ruta apunta directamente a Donald Trump.

La supuesta desestabilización de los hackers se complementa con la contratación de propaganda segmentada y personalizada a través de Facebook a una red de personas que podrían ejercer su poder y posicionar ideas en su respectiva zona de influencia, además de la generación de noticias falsas de todo tipo para influir en la opinión pública.

México no está libre de este tipo de situaciones. Es el costo por ser parte de la sociedad de la información. En este sentido el Instituto Nacional Electoral (INE) ha llegado a un acuerdo con Facebook -a través de un convenio dado a conocer en días recientes- para promover la participación ciudadana antes de la votación y para contraatacar la difusión de noticias falsas que enturbien el proceso electoral. No obstante, diversos medios de comunicación apuntan a que el memorando del convenio no hace alusión alguna a la posibilidad de evitar las noticias falsas ni la metodología que podría utilizar para discriminar la información.

Sea como fuere es necesario blindar por todas las vías informáticas posibles la funcionalidad de la comunicación de resultados del PREP, así como la plataforma que reúna la información de los comicios, la página del INE y la información de los ciudadanos.

Por último, no olvidemos que las tácticas de los defraudadores como el phishing (hacerse pasar por un sitio de confianza para pescar incautos), los ataques de denegación de servicio (provocar la caída de un sistema) o las legiones mercenarias de trolls y bots que provocan, denigran y agreden a ciudadanos a través de las redes sociales, todo ello se puede conseguir por precios módicos en la actualidad.

 

Por Carlos Hornelas

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