Hablando de política y marcas

 

Ante el final de las precampañas y el inicio de las campañas políticas, es necesario aclarar algunos términos que nos parecen similares pero que tienen una clara diferencia, esto es, no es lo mismo decir: la propaganda de la Coca Cola que la publicidad de la Coca Cola, o mencionar la publicidad del Partido Demócrata que la propaganda del Partido Demócrata. Para entender las diferencias o similitudes vamos a especificar en las siguientes líneas cada concepto.

Empecemos con publicidad, a la que podemos definir como la promoción de productos o servicios para su venta logrando una transacción comercial, es decir, hay una finalidad económica. Por otra parte, la propaganda se entiende como la forma de difundir una idea, el valor o manera de ver y analizar a la sociedad con el fin de aceptar la idea.

Estas dos simples definiciones mencionadas sin una profundidad académica nos pueden explicar la diferencia, pero igual similitudes; y podemos concluir que tanto la publicidad como la propaganda realizan una serie de acciones utilizando en ocasiones los mismos canales de comunicación. Por ejemplo, ambos aprovechan el internet, las redes sociales, los espectaculares, los spots de TV, la radio y la prensa escrita, entre muchos, pero como se mencionó con contenidos y metas diferentes.

Ante el panorama político que se nos presenta en México y en nuestro estado de Yucatán, es necesario que los lectores y estudiosos de la comunicación entiendan la finalidad de cada concepto, y que lo que buscan es convencer de una determinada acción. Sin embargo, como ya se mencionó con objetivos diferentes, algunos estudiosos mencionan que la propaganda intenta manipular a la opinión pública y la publicidad sacar provecho económico del público; pero para otros es mejor llamarle persuasión.

En síntesis ambas impactan a nuestra cultura, las dos utilizan la psicología, la comunicación y la tecnología… entonces podemos concluir que una y otra buscan llegar a las emociones, creencias, deseos y necesidades de la audiencia.

Las ciencias sociales afirman que conforme una sociedad se desarrolla, los instrumentos del hombre evolucionan al mismo tiempo. Entonces, el tema de hoy nos lleva a considerar que cada vez los métodos que estas dos estrategias están cambiando y evolucionando, pero cada una de ellas con un máximo objetivo: asegurar la supervivencia y modificar actitudes y pensamientos. Ahora nos preguntamos ¿están mal? La respuesta sería no, porque finalmente es un proceso de comunicación que es necesario para tomar decisiones de votar por un candidato de un partido político o adquirir la decisión de adquirir un producto o servicio.

En este sentido, las marcas han tratado de mantenerse al margen de las condiciones políticas en algunos casos, pero otras han estado directamente vinculadas por diversas razones. Ese no es el punto de análisis hoy, el que nos interesa es definir con toda claridad cómo la publicidad y la propaganda han sido decisivas en campañas políticas y cómo los tiempos electorales se vuelven una situación espacial también para las marcas. ¿Ya analizaste la tuya en esta época?

 

Por Carlos Pérez*
carper165@hotmail.com

* Consultor en Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas. Especialistas en temas de marketing y comunicación corporativa.

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