La imagen de paraíso de Celestún contrasta con la vida real

Al puerto yucateco se le conoce entre otras cosas por sus flamencos rosados, pero en la vida real padece serios problemas sociales como analfabetismo, marginación, falta de servicios de salud y alto consumo de drogas, principalmente.

En el imaginario colectivo Celestún es sinónimo de hermosos atractivos naturales, y es hogar del flamenco rosado; sin embargo, la realidad social dista mucho de la buena vida y belleza sin mancha que se presume, pues los problemas sociales están acabando con sus habitantes: analfabetismo, marginación, falta de servicios de salud y alto consumo de drogas son los principales pesares.

Al menos así lo dio a conocer a Punto Medio la profesora e investigadora de tiempo completo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fátima Flores Palacios.

Celestún es una población ubicada a 95 kilómetros de la ciudad de Mérida. Según el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) cuenta con 7,836 habitantes.

Por su condición, en términos geográficos y por su cercanía con la costa presenta dinámicas muy específicas de auge, al menos turísticamente hablando, ya que en lo social es todo lo contrario.

Este municipio tiene un tema álgido relacionado con situaciones de alta vulnerabilidad, no sólo social y económica, sino psicosocial, emocional y afectiva, por las mismas interacciones en las que viven sus pobladores.

Flores Palacios, quien ha trabajado ahí desde hace cuatro años, explicó que la población presenta alto índice de rezago en educación, por un lado, y por otro, presenta una marginalidad en términos de desarrollo básicamente cultural, así como un consumo alarmante de drogas.

Añadió que también existe un problema de interacción con diferentes grupos religiosos que existen y coexisten.

–Estamos hablando de una problemática compleja no sólo en términos de vulnerabilidad emocional y económica, que diría que esta última es la menos importante –expuso.

Hay pobladores que ahí nacen y ahí mueren. No salen de Celestún. El contexto de su visión se restringe a aquella comunidad en donde la adversidad en la vida es constante.

 

EN ABANDONO

El abandono de las autoridades en términos de educación y de salud, sobre todo en este último, deja desprotegidos a sus habitantes, según la entrevistada.

En la comunidad sólo existe un Centro de Salud, el cual es moderno, pero sólo cuenta con médicos durante cuatro horas al día, en el mejor de los casos. Ahí atienden pasantes, quienes no tienen la autoridad profesional para medicar. No pueden realizar intervenciones quirúrgicas porque el quirófano no está habilitado.

–Entonces son elefantes blancos que se crean muy bonitos, pero que no funcionan. Me decían los pobladores: Aquí doctora, nos venimos a morir. Una situación complicada –expuso.

 

VIOLACIONES 

Las violaciones también son parte de la problemática social, ya sea violencia intrafamiliar, el abuso sexual a las jóvenes y las violaciones recursivamente a sus propios derechos.

Lamentablemente, en el tema no se tiene una estadística ya que muchos abusos no son reportados, no se presentan denuncias, producto de las interacciones y por el chisme que esto pudiera generar.

–El chisme es un tema subjetivo interesante que no solamente es el chisme, trae consigo la represión de la comunicación social y por lo tanto, para evitar este tipo de situaciones la gente decide callarse y no denunciar –explicó.

–No hay recursos. Los recursos emocionales son muy limitados. Los recursos de atención, para lograr una capacidad de valoración humana con derechos, no existe –añadió.

 

LA DROGA Y EL ALCOHOL

Según datos proporcionados, el 75% de la población, entre hombres y mujeres, están consumiendo un alto índice de alcohol, siendo los 14 años la edad de inicio.

En el tema de las drogas, la mariguana ya no es el único estupefaciente que circula por las calles de Celestún. A ésta se han sumado las tachas, cocaína, anfetaminas, tíner y resistol, siendo la tacha y mariguana las de mayor consumo.

–La cocaína ya tiene un costo más elevado, pero también, es verdad que circula mucho dinero, porque el tema de la pesca en una economía es relativo; puede haber mucho dinero en dos días y a la siguiente semana puede haber cero. Son economías de la inmediatez, como le llamo.

 

LA PESCA Y LA DROGA 

La investigadora reveló que le llamó la atención el hecho de que muchos pescadores de Celestún no saben nadar, a pesar de ser una actividad donde tener esta habilidad marca una línea entre la vida y la muerte.

–¿Pero qué hacen para salir al mar? Para mitigar los miedos consumen droga. Este es un elemento muy interesante y tremendamente fuerte porque algunos de ellos para enfrentar la dura vida que implica el mar, es fácil usar algo que mitigue el miedo y que cambie la ansiedad.

–Esto hace un imaginario social muy interesante donde también pone a la sociedad, en este caso Celestún, en una condición de vulnerabilidad y son de las cosas que no se hablan, pero se ven, que se observan en las dinámicas de interacción social en la comunidad –añadió.

La pesca genera una importante economía que no es bien aprovechada por los pescadores ante la falta de educación para construir una visión de futuro por encima de la inmediatez en la que viven.

 

EDUCACIÓN PRIMARIA, LA MÁXIMA ASPIRACIÓN 

 

En el tema de educación, la primaria es la máxima aspiración.

–Encontramos un nivel muy alto de gente que no sabe leer ni escribir, cuando en realidad los organismos internacionales están intentando abatir el tema de la falta de educación y no se justifica que actualmente sea una persona analfabeta.

Flores Palacios recordó que una sociedad sin educación está destinada al fracaso. “Creo que uno de los puntos importantes es apuntalar la educación y sacarlos de los programas del gobierno”, enfatizó.

–La gente tiene que pensar que es la proactividad la que genera un bienestar y no sólo esperar a que le resuelvan desde programas institucionales una problemática. Esto se vuelve un engaño para unos y para otros –añadió.

 

¿QUÉ HACER?

Ante la compleja situación que vive Celestún, la catedrática enfatizó la importancia de generar un ambiente proactivo, de confianza entre ellos mismos.

–Una comunidad que en sí misma está siempre compitiendo, que además se ven como rivales, es difícil de trabajar; por lo tanto, cualquier acercamiento por parte del mismo estado, instituciones, implica llegar a un conflicto –señaló.

–Lo primero es que las autoridades tienen que ser más sensibles para comprender la forma de convivencia social que ahí se ha creado y generar propuestas vinculadas a una realidad que ellos viven, y no a una que la institución cree que viven; para ello está la UNAM, que hace investigación para generar proyectos y políticas públicas que tengan un sentido para ellos.

Señaló que hasta el momento el estado, las instituciones públicas, no entienden que los programas no pueden ser globales para toda la población, se tienen que respetar las relaciones públicas de cada microcultura.

–Entonces el vuelo del flamenco, la rías, las playas… no tienen que ver con las condiciones en la que los pobladores se desarrollan y creo que esto es importante empezar a denunciarlo –concluyó.

Jesús Gómez

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