‘La Mano Peluda’ llega a su fin hoy

“Téngale usted más miedo a un vivo que a un muerto”, afirmó el locutor Rubén García Castillo al micrófono antes de anunciar que su programa, La mano peluda, se emitiría por última vez este viernes después de 22 años en el aire. “Vaya usted preparando las últimas historias que vamos a escuchar el día de mañana, porque lamentablemente La Mano Peluda deja de transmitirse”, anticipó el jueves el conductor.

Taxistas y trabajadores del turno de noche suelen acompañar su jornada con las macabras historias que relataban los radioaficionados de lunes a viernes, sin excepción, desde el 13 de agosto de 1995 de 22.00 a 00.00 de la noche. Grupo Fórmula, la compañía de medios que transmite La mano peluda, ha dado a conocer en voz de sus propios locutores los cambios en su programación.

Un espacio radiofónico emblemático que rompió récords de audiencia cuando empezó a transmitirse y uno de los pocos sobrevivientes de la tradición oral en la era digital. La mano peluda posee un formato particular: los radioescuchas o “peludomaniacos” pueden llamar a la estación de radio en la Ciudad de México para narrar sus historias de terror, sobrenaturales y llenas de misterios inexplicables, señaló la periodista Darinka Rodríguez en un artículo para el diario español El País.

García, más que ser el locutor del programa, fungía como un guía al escuchar con atención las anécdotas de la audiencia. “Si fueran (historias) inventadas, yo erigiría un monumento a cada uno de los ‘peludomaniacos’ por tener tantísimo talento para inventar una historia que puedes creer”, explicó el presentador en entrevista con Verne, en octubre pasado.

Sus historias más famosas son escalofriantes. “Me da mucho terror cada vez que lo platico”, reconoció uno de los “peludomaniacos”, un ingeniero que contó que él y su esposa escuchaban ruidos extraños en su residencia en la Ciudad de México. Las cosas se volvieron más tétricas cuando ella encontró unas botas de minero junto a la entrada de la residencia. “Las mismas botas que mi esposa había tirado estaban ahí, pero las botas tenían sangre”, relató.

Texto y foto cortesía

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