Los libros del aplauso

Llevo tres libros en tres días. Es mi consagración como lector. El superhombre haciendo lo que promete. La mejor versión de mí aprovechando cada neurona que tengo. La premisa es cierta. A ojos de la matemática he leído más que nunca. Pero he de ser honesto con ustedes. Esos tres libros no aman las palabras. Son de esos que tienen más dibujos y esquemas que letras. De esos en los que inviertes un minuto por página. Libros perfectos para cuando vas al baño o estás en el tráfico. Un pisa y corre gráfico-literario que seguro algo deja. Es lectura a final de cuentas. Es conocimiento reinterpretado por el storytelling. Pero es también, y lo reconozco, la simplificación del hombre que quiere que sus aprendizajes vengan disueltos a modo de pastilla en un vaso de agua, o como un libro bajo en letras. Sin exigencias de tiempo y entendimiento. Con la tarea hecha para que el cerebro devore sin desgastarse.

Antes el storyteller llenaba espacios. La plana de un periódico, la página de una revista, los segundos de un programa de radio o televisión. Ahora cubre necesidades. Explica en un instante lo que la gente quiere comprender. Se le exige que lo haga bajo máximas de simpleza y practicidad. Es la evolución de los tutoriales de bolitas y palitos. Con algo más de ciencia detrás de la esquematización, con algo más de palabras para aunque sea contar chistes o ironías y también con algo más de peligro, porque se ha incrementado la posibilidad de que el nuevo lector asuma estas publicaciones como un fin de su búsqueda sobre un tema más que como un punto de partida para curiosear con otras fuentes y formatos. Son también la continuación de las Guías for Dummies, sólo que para no insultarnos en esta nueva faceta de consumo se sustituye el for Dummies por cualquier otro nombre que en el fondo signifique lo mismo. Léase guía práctica para triunfar en la vida, guía infalible para no ser un godín o el manual más chingón del mundo mundial para ser exitoso. Somos orgullosamente Dummies. O prácticos, o infalibles, o chingones.

La descripción me pareció acertada. Reconozco que me reí cuando la vi pese a que de algún modo raspa mi muy bien construida trayectoria literaria en esta plataforma (Sarcasmo Mode On). Un usuario de Twitter, atípico desde el hecho de que conoce Medium, lo calificó como el nuevo Yahoo! Respuestas. Cualquiera que vea su feed sabe que tiene razón. Sólo que Medium es algo más pretencioso que Yahoo! Respuestas. Se supone que aquí escribimos autores reconocidos. Al menos cuando googleas y llegas a Yahoo!, asumo que así lo hacen porque a estas alturas es el modo más natural de acceder a ese elefante morado venido a menos, sabes que la información viene de cualquiera. Ahí todos hemos sido declarados enfermos terminales por la sabiduría popular. Yo he padecido cáncer, sida e hígado graso. Pero acá escriben periodistas de renombre, investigadores, literatos, cineastas, marketeros, escritores. Lo sé porque eso dice su perfil. Y yo no dudo de la gente. Si dicen que lo son, es porque lo son. Ellos no tienen la culpa de que los perfiles en inglés se vean siempre más poderosos que en español. Tampoco de que en Estados Unidos haya ochocientas vicepresidencias por empresa. Son garantía en lo que hacen y dan respuesta a los grandes temas que acongojan a la humanidad. Si tienes una pregunta, buscas en Wikipedia, en Yahoo! Respuestas o en Medium. Y si no, en libros de dibujitos. La vida for dummies.

Hace falta fantasía y descanso. Disfrutar lo profundo en vez de entreternos con lo superficial. Un dibujo, un esquema, una ilustración. Todo sirve para detonar pensamientos. Pero la sociedad no debe quedarse con eso. No sólo con eso. Lo que Cortázar explicaba como diferencia entre el cuento que debe ganar por nocaut y la novela que gana por puntos pasa con la vida. Sí, emociona recibir conocimiento de golpe. Es más espectacular, con más pirotecnia. Pero el largo aliento y el largo esfuerzo merecen un lugar. Mayweather se fotografía en medio de dinero por su capacidad estratégica para manejar cada minuto de una pelea. Rara vez es contundente. Casi nunca noquea. No es Tyson, pero sí uno de los mejores del mundo. Así pasa con los libros y con el aprendizaje. Lo más espectacular, lo más inmediato, no es siempre lo mejor para entender lo que hacemos en el mundo y cómo trascender en él. Se vale ganar por puntos. Se vale ser paciente. Se vale no vivir de gratificaciones inmediatas.

 

Por Mauricio Cabrera

Escribo diario para matar la ansiedad. Cada domingo horneo #TheMuffin, newsletter con insights de la industria digital. Fundé y dirijo juanfutbol.com.

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