¡Más cerca de Navidad! – Por Roberto Atocha Dorantes Sáenz

Cada día que pasa nos encontramos más cerca de la natividad de Jesucristo, la iglesia pone de relieve en este tiempo litúrgico la imagen de Juan el Bautista, profeta designado por Dios para anunciar la próxima llegada de Jesucristo, la figura mística del Bautista nos invita a practicar la esperanza.
La esperanza es una virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo que nos alienta a una mejor vida. Como Juan, la iglesia no está en el mundo para anunciarse a sí misma, sino para anunciar la presencia salvadora de Dios entre los hombres.
La Iglesia no existe para sí misma, su centro es el Evangelio. Su misión es llevar el Evangelio al corazón de todos los hombres y mujeres e ir haciendo realidad en nuestro mundo el Reino de Dios. Como Juan, la iglesia tiene que saber utilizar la palabra y las obras para dar esperanza y vida a los hombres y mujeres de nuestro mundo.
Esta semana el Papa Francisco ha nombrado al cardenal Carlos Aguiar Retes nuevo Arzobispo de México después de aceptar la renuncia presentada por el Cardenal Norberto Rivera Carrera. Aguiar fue creado cardenal por el papa Francisco el 19 de noviembre de 2016 y es miembro del Pontificio Consejo para el Dialogo Religioso y de la Pontificia Comisión para América Latina.
Monseñor Norberto Rivera redactó una carta hecha pública, el cardenal Rivera agradeció al Papa Francisco, y dio la bienvenida al cardenal Aguiar Retes: “Doy la bienvenida a mi hermano, el Señor Cardenal don Carlos Aguiar Retes a esta Arquidiócesis de México. Le deseo de corazón todo bien en el Señor, y que su ministerio episcopal sea fructífero para mayor gloria de Dios Nuestro Señor”. El cardenal aseguró que siempre contó con la cercanía y el amor maternal de la Morenita del Tepeyac y el ejemplo de san Juan Diego.
No puedo dejar de mencionar dos fechas importantes para los católicos, los días 8 y 12 de diciembre, dedicados a María nuestra Madre, la devoción a la Virgen María solo se entiende y se comprende a través de la espiritualidad cristiana, por eso para los no católicos puede parecer absurda nuestra devoción, pero esto acusa ignorancia en el tema.
El día 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen es la más solemne de todas las que celebra la Iglesia en Adviento; ninguno de los Misterios de María más a propósito, conforme a este místico período de expectación. Celebremos, pues, esta fiesta con alegría, porque la Concepción de María anuncia ya el próximo Nacimiento de Jesús.
La fe de la Iglesia católica, solemnemente reconocida como revelada por el mismo Dios, el día para siempre memorable del 8 de diciembre de 1854, esa fe que proclamó el oráculo apostólico por boca de Pío IX, nos enseña que el alma bendita de María no sólo no contrajo la mancha original, en el momento en que Dios la infundió en el cuerpo al que debía animar, sino que fue llena de una inmensa gracia, que la hizo desde ese momento, espejo de la santidad divina, en la medida que puede serlo una criatura.
El día 12 de diciembre celebraremos a la Virgen de Guadalupe Patrona de México y Reina de las Américas pero este tema lo dejo para el próximo domingo.

 

Por Roberto Atocha Dorantes Sáenz*
robertodorantes01@gmail.com

* Ejecutivo de ventas, pero ante todo un hombre de fe inquebrantable. Experto en teología y filosofía.

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