Miles de feligreses acuden a su cita con la Guadalupana

 

EN LA VÍSPERA DE SU DÍA, MILES DE FIELES VISITARON el Santuario de la Virgen de Guadalupe en el barrio de San Cristóbal.

En la homilia, el vicario Daniel Cortés, destacó la bella manifestación en torno a María santísima que, dijo, se hizo presente en Mexico para traer la buena nueva: “Soy la madre del verdadero Dios por quien se vive, y nosotros la invocamos y por eso confiados nos ponemos bajo su manto sagrado porque sabemos que es conducto seguro para llegar a Jesús”, subrayó.

El párroco invitó a los fieles a rezar El Rosario, y destacó que en todo el país hay devoción muy sólida hacia ella: “se le hacen sus novenas, rosarios o simplemente le encienden una veladora lo que es una hermosa muestra de amor: Búsquenla de manera constante que ella nos dice: no temas que no estoy aquí que soy tu madre?

También hubo un momento de reflexión ante las situaciones legales por las que atraviesa la institución de la familia por lo que se pidió porque los gobernantes tomen la mejor decisión y que en verdad sea salva nuestra patria y se conserve nuestra fe.

Aunque a decir de elementos de la Policía de Mérida que cuidaban la vialidad en esta ocasión fueron menos los grupos de Antorchistas que llegaron al recinto, las misas que se celebraron cada hora estuvieron completamente abarrotadas y desde las ocho de la noche prácticamente era imposible ingresar a la iglesia.

En los alrededores de manera continua llegaban los grupos de corredores que desde poblaciones lejanas o desde alguna colonia de la ciudad traían encendida su antorcha que representa la fe en María de Guadalupe, a la que mencionaban continuamente en medio de sus porras y aplausos.

¡Si se pudo, si se pudo! eran las exclamaciones de júbilo que más se escuchaban combinadas con el ruido ya clásico de las alarmas automotrices que los antorchistas acostumbran colocar en sus bicicletas.

En los alrededores numerosas personas se dieron a la tarea de obsequiar agua y alimentos a los jóvenes que descansaban en las calles laterales al templo, como Don Fredy, que por primera vez se decidió a preparar una lata de cochinita que repartió de manera gratuita entre los antorchistas que formaron una larga fila para degustar estos tacos que les supieron a gloria a los cansados peregrinos.

Otra labor importante es la que desarrollaron los alumnos de fisioterapia de la Universidad Marista que atendieron a más de 70 personas que reportaban sufrir de contracturas.

Texto: Manuel Pool

Fotografías: Gabriela Cortés

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.