Segunda Plana

SI HAY ALGUIEN en el estado que sabe lo que dice cuando habla de problemas ecológicos ése es el doctor Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, y cuyo doctorado, que cursó en La Habana, es en Ciencias Geográficas con especialidad en Hidrología: el saneamiento del manto freático es el gran pendiente por atender en territorio yucateco, donde miles de familias vierten las aguas negras de sus hogares en sumideros conectados directamente a ése que es uno de los grandes tesoros de Yucatán, es decir, las aguas subterráneas. Batllori Sampedro lleva ya 11 años en su cargo actual, que asumió desde el sexenio anterior. De carácter sencillo y sereno, el funcionario nunca rehúye las preguntas de la prensa, y habla con claridad: Otro tema que hay que trabajar es evitar el uso de agroquímicos en el campo, que ya generan grandes problemas de contaminación. Investigador del Cinvestav con licencia, Batllori remata con este señalamiento la entrevista que incluimos en la página 13: “Habrá que buscar la manera de llevar este plan (el de saneamiento) paso a paso, porque el futuro de nuestros hijos y nietos lo merece”.

UN ACCIDENTE EN el que perdió la vida una pareja de esposos pone de relieve un problema que se perfila para ser grave si la apatía de autoridades y ciudadanos lo propicia: La presencia de tricitaxis y mototaxis en carreteras estatales o federales. Ambos tipos de vehículos, de muy baja velocidad, carecen del equipamiento necesario para transitar en esas vías, pues salvo excepciones no cuentan con luces reglamentarias, ni sus conductores o pasajeros portan casco. Si los mototaxis son un dolor de cabeza dentro de las poblaciones, por endebles y mal equipados, y porque sus conductores son generalmente temerarios, en las carreteras federales son una verdadera invitación a la tragedia. El peligro se agrava porque automóviles y camiones transitan actualmente a velocidades arriba de los 90 kph, y a menudo hasta los 120. ¿Cuándo se regulará verdaderamente el uso de esos vehículos rústicos dentro de las poblaciones, y se les impedirá salir a carretera? Nadie sabe, nadie quiere hacerlo. Y eso costará más vidas.

 

Por Gínder Peraza

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