Cómo tratar a los hijos introvertidos

 

Desde edades tempranas ya se observan diferencias en la forma de ser de los niños, en sus conductas sociales, y en su manera de relacionarse con los demás. Muchas familias se preocupan cuando sus hijos prefieren jugar solos y parecen no buscar la compañía de otros niños de su edad. Sin embargo, este comportamiento no tiene por qué suponer un problema en el caso de que el niño sea introvertido, ya que la introversión es un rasgo de la personalidad que no debe corregirse, y que se caracteriza por una actitud enfocada hacia uno mismo, hacia los propios procesos internos.

Los niños introvertidos prefieren estar con pocas personas, disfrutan de su soledad, necesitan su espacio y tiempo de introspección, y normalmente eligen actividades tranquilas. Esto no quiere decir que tengan dificultades para relacionarse o hacer amigos: introvertido no es sinónimo de insociable. Los niños introvertidos también necesitan relacionarse y tienen habilidades para ello, pero se socializan a su manera, seleccionando bien a sus amistades, porque para ellos es importante interactuar con aquellos con los que se sientan cómodos y a gusto; normalmente tienen pocos amigos, pero son de calidad.

Los niños introvertidos suelen ser incomprendidos, porque con frecuencia son juzgados como tímidos, antipáticos, y hasta maleducados u hostiles. Y también es habitual que se sientan presionados para interactuar con los demás, tener amigos y relacionarse.

Los padres suelen preocuparse cuando sus hijos no se relacionan con los demás, prefieren estar solos, y parecen no disfrutar de la compañía de otros niños. Esta preocupación, aunque lógica, puede convertirse en un problema y provocar dificultades al menor, por lo que es muy importante que las familias comprendan las características y la forma de ser del niño introvertido para facilitar su desarrollo. Te damos algunos consejos para que ayudes a tu hijo introvertido:

Evita las etiquetas. La introversión es un rasgo de la personalidad, algo que define a tu hijo, y que no puede evitar ni necesita corregir. Cuando le etiquetas, juzgas, o comparas, estás enviando un mensaje que puede hacerle daño. En lugar de eso, debes comprenderle y aceptarle tal y como es. Recuerda que la introversión no es algo malo o problemático, y que es importante no hacer sentir al niño como si lo fuese. Las etiquetas del tipo “tímido”, “callado” o “vergonzoso”, pueden dañar el autoconcepto del pequeño y afectar a su autoestima.

No fuerces ni presiones al niño para relacionarse o socializarse. Con mucha frecuencia los niños introvertidos se ven obligados a ser extrovertidos, y esta presión e incomprensión suelen conducir a situaciones forzadas que pueden tener consecuencias negativas, como el desarrollo de miedos, ansiedad, y problemas de socialización e interacción.

Fomenta el desarrollo de sus habilidades sociales. Aunque tengan habilidades para relacionarse, a veces las personas introvertidas pueden parecer hostiles a los que no les conocen, y esto puede causarles dificultades. No se trata de forzarles para que se relacionen, pero sí de proporcionarles recursos para que puedan interaccionar con los demás de manera asertiva, o elegir la soledad sin parecer maleducados o groseros. La introversión no es algo patológico, pero puede requerir el desarrollo de habilidades sociales.

Prueba a ensayar situaciones sociales con el niño y a practicar diferentes tipos de respuestas a esas situaciones.

Acepta su forma de ser y respeta sus momentos de soledad y de reflexión. Los niños introvertidos necesitan estar solos, disfrutan de la introspección, y es importante entender y favorecer esto. Es bueno que tengan espacios para poder estar solos, y tiempo para ello.

 

Texto: Agencia

Foto: Cortesía

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.