EL FUERTE TERREMOTO que tuvo su epicentro en Oaxaca se sintió en distintas partes del país, y los protocolos de máxima alerta ya han sido activados.
En la capital, la alarma sísmica comenzó a sonar, enviando a las personas a las calles, antes de que se sintiera el movimiento. Y también las sirenas dejaron de escucharse sin que aún se sintiera el temblor, evocando recuerdos de la falsa alarma sísmica del 6 de septiembre del año pasado.
Cuando las personas ya regresaban a sus casas o sitios de trabajo comenzó a sentirse la sacudida con intensidad considerable, lo que causó escenas de pánico en algunos puntos de la ciudad, por lo que muchos viandantes y conductores quedaron varados en las calles sin saber qué hacer tras las alarmas de seguridad que se oyeron en distintos puntos de la ciudad.
Cuando el punto en que los habitantes estaban con mayor preocupación, se miró a un joven cerca de la calle que tocaba el violín para tranquilizar los nervios de los más cercanos cuando el temblor dejó de sentirse.
Este personaje no pedía dinero a cambio ya que no tenía vestimenta de ser indigente, sino que vio el momento de pánico y empezó a tocar para esperar lo mejor después de que su música se oyera. Y después una mujer, quien se encontraba en una banqueta también empezó a armonizar mientras la gente se encontraba dispersa por las calles, uno tratando de comunicarse con sus seres queridos; otros para poder llegar a sus hogares entre el desorden general.
Esto con el recuerdo aún fresco del pasado sismo que azotó a la ciudad el pasado septiembre y cuyos efectos dejaron una cicatriz marcada en la economía y las vidas de los habitantes.
Texto y foto: Agencias
