50% de enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años

La salud mental es fundamental para el bienestar de las personas, y la adolescencia es una etapa clave para desarrollar y establecer unos buenos hábitos emocionales y sociales que faciliten el manejo de las emociones y ayuden a prevenir la aparición de trastornos mentales. Actualmente, y según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, y en la mayoría de los casos no son diagnosticadas ni tratadas.

Este dato tan preocupante ha sido uno de los motivos por los que la OMS ha decidido que el bienestar mental de los adolescentes sea el tema principal del Día Mundial de la Salud Mental, que tiene lugar cada 10 de octubre.

A nivel mundial, entre el 10% y el 20% de los adolescentes tienen problemas de salud mental, sin embargo, son muy pocos los que piden ayuda debido al estigma que rodea a este tipo de trastornos. Los trastornos emocionales, como la ansiedad, los de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia, los del comportamiento infantil, como la hiperactividad, o la psicosis, con alucinaciones o delirios, son algunos de los problemas mentales que tienen los jóvenes y que deben ser detectados cuanto antes por miembros de su familia, escuela, o por sus propios amigos.

La depresión constituye una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los adolescentes de todo el mundo, mientras que el suicidio se ha posicionado como la tercera causa de muerte en los jóvenes de entre 15 y 19 años; según la OMS, en 2016 unos 62,000 murieron como consecuencia de autolesiones. Más del 90% de los suicidios en adolescentes se produjeron en países de ingresos bajos o medios, y se asocian con sentimientos de soledad y desesperanza.

Los expertos de la OMS también señalan que los problemas de salud mental representan el 16% de la carga global de enfermedad y lesiones en las personas con edades comprendidas entre los 10 y los 19 años. En este grupo de población, además, el riesgo para la salud física y mental aumenta con el abuso del alcohol y otras sustancias –que provoca actitudes de riesgo al volante o en las relaciones sexuales–, un mal uso de las tecnologías, el acoso escolar o ser víctima de abusos sexuales.

Son especialmente vulnerables aquellos jóvenes que viven en entornos precarios o pertenecen a grupos minoritarios o discriminados, como los que tienen trastornos del espectro autista, enfermedades crónicas, una afección neurológica, discapacidad intelectual, padres adolescentes, son huérfanos, o han sido sometidos a matrimonios forzados o precoces.

Texto y foto: Agencia

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