Martin Arias
UNA DOLOROSA DERROTA, en la mayoría de los casos, deja mejores conclusiones y aprendizajes que permiten construir o hacer ajustes en cualquier proyecto. El fútbol no es ajeno a esa premisa. Mientras unos ven un fracaso cuando pierden, otros ven una oportunidad de crecimiento. Lo segundo es lo que deben ver las jugadoras, cuerpo técnico y directivos de la Selección Mexicana Femenil Sub-17.
Durante su participación en la Copa Mundial de la categoría, en Uruguay, las chicas de la Sub-17, quienes llegaron al certamen sin hacer ruido en la prensa mexicana, fueron demostrando que tenían propuestas y argumentos para competir de tú a tú con las mejores del mundo en el deporte de las patadas.
En fase de grupos se despacharon a Brasil y le dieron muchos dolores de cabeza a Japón. No conformes con eso, en fase de eliminación directa dejaron en el camino a Ghana y a Canadá. Todas esas selecciones, potencias en el fútbol femenil. Sin embargo, no pudieron repetir la hazaña contra España, rival contra el que cayeron en la gran final.
A pesar de ello, las chicas lideradas por Mónica Vergara exhibieron que tienen el potencial para crecer y eso viene a apuntalar el proyecto de fútbol femenil que se está desarrollando en México. La Sub-17 volvió a atraer los reflectores y venció a la indiferencia histórica de la afición mexicana para poner nuevamente el tema de los apoyos y la promoción al balompié de mujeres, con lo que se consiguió un logro magnífico.
La jugadoras Sub-17 demostraron nuevamente que a esa dulce edad importa más conseguir metas para lograr sus sueños, que por perseguir el dinero. Por ello, mandan un claro mensaje a todos los deportistas amateur que todos los días entrenan muy duro y que luchan por conseguir patrocinios para poder seguir practicando su deporte en el alto rendimiento: el de no rendirse.
Por ahora, a las jóvenes seleccionadas nacionales les toca saborear la derrota, pero tienen que hacerlo detenidamente e incluso disfrutar esa experiencia, para tomar impulso y seguir dando de qué hablar a nivel internacional un poco más adelante. Tal vez, llegando a otra final y ganándola… pero en el Mundial femenil mayor.
