Por Silvia Carrillo
El cambio climático no es sólo una preocupación ambiental, sino realmente un problema de desarrollo, ya que éste es un fenómeno físico que genera drásticas consecuencias ambientales, económicas, sociales y humanas, que afectan severamente a los medios de vida de los ciudadanos. Lo anterior significa que el cambio climático, como conflicto, debe ir más allá de los problemas ambientales y considerar que es un problema de desarrollo importante.
Bangladesh, por ejemplo, es un país subdesarrollado, cuyo principal motor es la agricultura, por lo que la mayoría de las familias se dedican a actividades agrícolas, sin embargo, esta actividad simplemente no puede satisfacer la demanda de empleo, por lo que el país está tratando de diversificar su economía con el desarrollo industrial.
Esta nación es una de las más vulnerables a los efectos del cambio climático y como un plan para mitigar futuros problemas, el gobierno ha lanzado una estrategia de adaptación a amenazas como el aumento del nivel del mar y de la salinidad. La estrategia apunta a que la nación se adapte a los efectos locales del cambio climático durante la próxima década.
El país ya ha logrado varias metas en materia de cambio climático y seguridad alimentaria, especialmente en adaptación, ya que es una de las prioridades de Bangladesh a corto y largo plazo, que se ha visibilizado en un desarrollo comprometido con bajas emisiones de carbono, como un elemento importante dentro del desarrollo sostenible y en preparación del Programa de Acción Nacional de Adaptación. La Estrategia de Bangladesh para el Cambio Climático ha permitido prestar atención al mecanismo para hacer frente a los efectos adversos del cambio climático.
Las inversiones durante los últimos 50 años han aumentado la resistencia del país a los riesgos climáticos, convirtiendo a Bangladesh en un sitio menos vulnerable a los desastres naturales; estas inversiones en muchos casos han sido respaldadas por socios de desarrollo, e incluyen planes de gestión de inundaciones, pólderes costeros, refugios contra inundaciones, viviendas resistentes a ciclones, pasos y carreteras por encima del nivel de las inundaciones, así como advertencias y sensibilización como medidas de reducción de desastres, al igual que el desarrollo de un estado de preparación ante desastres, basado en la comunidad e incluso producción de variedades de arroz resistentes al clima.
Este tipo de inversiones han ayudado a reducir los daños y pérdidas de los eventos climáticos extremos y a garantizar la producción de alimentos.
El éxito de esta estrategia requiere un enfoque integrado que involucre a diferentes actores, como agencias, la sociedad civil y el sector empresarial.
Podemos considerar esto como un gran esfuerzo del pueblo de Bangladesh para tratar de lograr el objetivo de convertirse en un país resistente al desastre y tener una estrategia completa a favor de los pobres, así como un ejemplo de estrategia de adaptación al cambio climático, que a su vez sería una estrategia de desarrollo para el país.
