Ahogados por los malos olores

Es frecuente que la agradable costumbre que realizan las familias de tomar el fresco y platicar sentados a las puertas de las casas, se vea opacada en algunas zonas de la ciudad, ya que la misma brisa trae consigo un desagradable aroma proveniente de empresas o de fábricas.

Ya sea que estén dedicadas a la elaboración de alimentos balanceados en la colonia Emiliano Zapata Oriente, o se trate de una procesadora y empacadora de pollo ubicada en el vecino municipio de Kanasín, del mercado o incluso el hospital “Ignacio García Téllez, T1”, los malos olores se han convertido, de manera literal, en un dolor de cabeza para muchos ciudadanos.

Los vecinos se han resignado a que las autoridades se mantengan pasivas ante la pestilente situación, y que no hagan nada para supervisar que de manera correcta se estén aplicando las normas en relación al manejo de diversos productos.

María Chávez Ramírez, vecina del Fraccionamiento Pacabtún, dijo que, aunque esta situación no es una novedad, aún no se acostumbra al mal olor que en varios días de la semana se siente, principalmente en las noches.

“Es algo muy desagradable, pero según comentan los vecinos que llevan más tiempo aquí en la colonia, la fábrica lleva muchos años trabajando, pero eso no implica que no se le haga una revisión para que las autoridades se cercioren de que están haciendo bien todos sus procesos”, consideró.

A continuación les presentamos algunas de las zonas en donde el mal olor tiene en jaque a la población, aunque claro, no son las únicas:

 

PLANTA PROCESADORA DE POLLOS CRÍO

En el caso de la procesadora de la empresa Crío, que se ubica en el kilómetro 4.5 de la carretera Kanasín-Acanceh, en la entrada de la Hacienda San Antonio Tehuitz, gente que vive en el Fraccionamiento Los Naranjos de Kanasín comentó que de manera continua sufren con esta situación al menos dos veces a la semana.

“Es común que se muelan tripas y otras vísceras de los pollos que sirven para la elaboración de alimento balanceado”, compartió Joaquín Hernández Gómez, vecino del lugar, quien agregó que hay gente que afirma que ésta es la razón por la que sufre de manera constante de dolores de cabeza. “¡Pasamos cada noche, Dios mío!”, exclamó el entrevistado.

 

RASTRO DE KANASÍN

En recorrido realizado por la zona, vecinos del Fraccionamiento Los Arcos, también de Kanasín, se quejaron de la presencia del rastro, que a pesar de que se encuentra ya en medio de cientos de casas, todas las noches, a partir de las once de la noche, realizan el sacrificio de reses y cerdos.

“La sangre que se queda acumulada en la tierra ha llegado a llenarse de gusanos, y así se ha quedado hasta que finalmente se absorbe; la peste es insoportable y la presencia de las moscas completa el cuadro sin que a nadie le interese atender el problema, ¿dónde está salubridad?”, se preguntó don Carlos Castillo, quien comentó que lo único bueno que tiene el lugar, y que se ha convertido en la razón para no mudarse a otro sitio, es que en Kanasín hay camiones las 24 horas.

El entrevistado dijo que otro de los problemas que enfrentan los vecinos de la zona es que por lo barato del material plástico empleado en las tuberías, éstas se “barren” o se rompen, y el agua sale de manera continua, sin que el dueño del predio o quien lo ocupe se preocupe por hacer las reparaciones.

“Así se queda el agua encharcada sobre el pavimento y se van formando los baches, que hoy impiden que en el caso de alguna persecución, la policía no pueda entrar a la velocidad que se requiere para poder hacer las detenciones”, explicó.

 

ZONA DE MERCADOS

Las tuberías de aguas negras del Mercado Lucas de Gálvez, que son más reducidas de lo que se requiere, constantemente rebosan, porque aseguran que están tupidas por el lodo, y cuando llueve, se forman en los pasillos pestilentes charcos, especialmente en el pasillo 2 que conduce al famoso galerón, donde el problema se acrecienta de manera considerable.

Al recorrer la calle ancha del Bazar, el mal olor se concentra a las puertas del predio en el que recibe mercancía un conocido supermercado, el cual tiene su entrada principal sobre la 56. El lodo que se forma y la basura que sacan de la puerta de servicio es algo que tienen que soportar quienes requieren abordar alguno de los autobuses que tienen su paradero en el lugar, como los de la Ruta Alemán-Pinos.

 

DEPÓSITO DE DESECHOS DE LA T-1

La manera en la que se realiza el manejo de los residuos sólidos en el Hospital Regional del IMSS Ignacio García Téllez, más conocido como la T-1, es una de las razones por las que al transitar por la calle lateral al nosocomio se percibe un fétido aroma, que los vecinos identifican que proviene de un cuartito en el que se deposita la basura y que al amontonarse por días comienza a generar lixiviados, que son el dolor de cabeza de quienes tienen la mala fortuna de trabajar o vivir en la zona.

A esto se suma el mal servicio de aseo urbano que se tiene en el lugar, ya que debajo de los autos estacionados casi en la entrada a la tienda para trabajadores del IMSS de manera común se aprecia hojarasca mezclada con basura de todo tipo, que por mucho tiempo no se han retirado, lo que da un mal aspecto a esta calle lateral que conduce desde los terrenos de la Plancha a Plaza Patio.

Texto: Manuel Pool
Fotos: Saraí Suárez

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