Alcalde desaira al rey de los deportes

Con profunda tristeza y una gran nostalgia es como los habitantes de la comisaría de Timul, la cual pertenece al municipio de Motul, es como ahora ven al campo de fútbol y béisbol, ya que, desde hace varios años, el Ayuntamiento no se ha encargado de darle el debido mantenimiento, lo que demuestra su falta de visión del alcalde Roger Aguilar Arroyo, ya que no tiene el interés de que los jóvenes practiquen deporte.

Los pobladores son aficionados al béisbol y fútbol, principalmente el primero debido a que el municipio es cuna de la Liga Motuleña, la más importante que se juega en los municipios. También es el nido de los Cardenales, equipo de tradición.
Los motuleños exigieron al presidente jardineros para al menos cortar la maleza.

—Ya tiene como seis años que nadie viene a darle un buen mantenimiento, la maleza está muy alta y los chavos ya no vienen a jugar fútbol y pues béisbol ni hablar, tiene años que no se practica y eso que aquí es uno de los deportes favoritos —señaló Ermenegildo Cauich.

Como se sabe, el alcalde que ya apodan el español o el “Macho” Aguilar, pero que no es un halago, sino un pecado que cometió al ofender a una mujer que se busque un macho para que le compre un terreno, ya que él no se la puede dar.
La expresión macho, es un vocativo español, pero obviamente no fue en este caso, que se trató de una expresión sexista y que le generó protestas y críticas.

Una malla alta, oxidada y a medio quitar, porterías oxidadas a punto de caerse, bancas destrozadas y pintarrajeadas, sin pintura y la maleza que ronda el metro de alto, es como se hace notar el completo desinterés que tiene el alcalde por darle a los jóvenes un espacio donde poder desarrollarse deportivamente; “cuando todo esto inició si lo peinaban y estaba bonito, hoy no pasa nada de eso, es un espacio completamente desperdiciado” repitió Ermenegildo.

Un campo donde antes se contaban historia de jugadores, hoy sólo queda en la memoria de aquellos que corrieron con suerte de poder ver este espacio en su mejor versión.

Texto y fotos: Víctor Alfaro

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