Algo bueno para los trabajadores

Jhonny Eyder Euán

En la casa de dos hermanos profesionistas hay desconcierto ante otro aumento de la tarifa de electricidad. Van cinco aumentos en los últimos meses, dice el mayor de los hermanos, quien sentado en la mesa compara los recibos de la luz. 

El otro hermano sólo medita y se convence de que el teletrabajo que hacen desde marzo no les ha beneficiado mucho. Claro que ha sido bueno despertarse veinte minutos antes de su hora de entrada, ahorrarse el transporte público y el tener que cambiarse de ropa, sin embargo, trabajar en casa implica otro tipo de esfuerzos y gastos.

Ambos hermanos se dedican a la docencia y a los sistemas computacionales, en jornadas diarias de ocho horas de lunes a viernes y algunas veces en sábado y domingo. Antes de que ocurriera lo que ya se sabe —la pandemia de coronavirus— solían irse desde muy temprano para volver hasta horas de la tarde-noche. Casi no usaban el internet de su casa y mucho menos la luz eléctrica.

Con la situación que ya se sabe, llevan diez meses haciendo “home office”. Al principio les gustó y su ánimo fue mejorando, menos estrés y más comodidad, aunque este modo de trabajar les ha traído ciertas afectaciones. “Lo que parecía bonito no lo es tanto”, escribió uno de los hermanos sobre el “home office” en Twitter, la red social donde con buenas palabras y etiquetas puedes hacer que un tema se vuelva viral. El comentario del hermano no fue la excepción, y como otras personas se sintieron identificadas, el tema del teletrabajo en México se hizo tendencia.

Luego pasaron los meses y la modalidad laboral fue continuando, al igual que las quejas de los trabajadores. Así pudo comenzar la carrera por llevar el tema a discusión en la Cámara de Diputados.

El “home office” se hizo indispensable este año y por eso no tardó en llegar hasta la mesa de los diputados, donde hace unos días se acordó apoyar la modalidad con medidas que beneficien a los empleados. Si bien falta el aval del Senado de la República, legisladores ya dieron su visto bueno al documento que estipula que los empleadores deberán asumir los costos derivados del teletrabajo, es decir, el pago de servicios de internet y la parte proporcional de electricidad, así como otros insumos.

La noticia cayó como bendición en la casa de los hermanos, pues de hacerse realidad la regulación del teletrabajo, sus tarifas de electricidad e internet se normalizarían. La reforma es prometedora y ojalá se concrete, porque ayudaría mucho al incontable número de personas que permanecen encerradas en “cuartos-oficinas” para cumplir con sus obligaciones labores.

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