Alondra Trejo: La pasión por enseñar

La joven yucateca habla de cómo se cruzó la gimnasia en su vida y, que con el paso del tiempo, descubrió cuál era su vocación

ALONDRA TREJO es una estudiante universitaria de 22 que, en sus ratos libres, se dedica a lo que más le gusta: enseñar gimnasia rítmica.

En entrevista con Punto Medio, la maestra contó cómo inició en la rama, cuál es la esencia de la gimnasia y sobre cómo el apoyo de su madre ha sido fundamental en este camino.

Punto Medio: ¿Cómo llegaste a interesarte por la gimnasia?

Alondra Trejo: Desde pequeña acompañaba a mi madre a llevar a mi hermano a su entrenamiento deportivo. Es ahí donde tuve el primero contacto con la gimnasia rítmica, admirando a un grupo de niñas que entrenaban con mucho esfuerzo y disciplina. Fascinada por sus habilidades y destrezas, soñaba con pertenecer algún día a este bello deporte.

A LA EDAD DE 16 AÑOS, EMPECÉ A PROBAR UN CAMBIO DE ESCENARIO: DE ALUMNA A MAESTRA”, ALONDRA TREJO.

PM: ¿En qué momento decidiste que querías enseñar este deporte?

AL: Al no poder continuar por lesiones, sentí mucha tristeza al dejar de practicar y pensé que la única forma de poder permanecer cerca de este deporte, sería pasarle mis enseñanzas y vivencias a las niñas. A la edad de 16 años empecé a probar un cambio de escenario, de alumna a maestra.

La experiencia me hizo darme cuenta que el camino que estaba tomando era el que me acompañaría para toda la vida.

PM: Además de las técnicas, ¿qué otros valores enseñas a tus alumnas?

AL: Se fomentan toda clase de valores al impartir las clases, pero siempre he dicho que lo que caracteriza a la gimnasia rítmica es la disciplina. Sin ella, no se puede tener éxito, o, mejor, no se puede progresar. Es duro para deportistas tan jóvenes faltar a cumpleaños o a salidas con amigos por estar entrenando para alguna competencia. Nada de esto se puede hacer sin disciplina, sin centrarse en una meta, sin postergar la ansiada recompensa.

En lo personal, no me arrepiento de haber pasado una de las mejor etapa de mi infancia en este bello deporte, cambiar juguetes por implementos ha sido la mejor decisión que he tomado.

PM: ¿Cuál es el rol de los padres dentro de todo esto?

AL: Los padres juegan un papel fundamental en el desarrollo de su hijo/a, no sólo en el ámbito deportivo, sino en la vida misma.

Para poder lograr disciplina deportivamente, es necesaria la disposición y el apoyo de éstos. Es conveniente que los padres se involucren en la actividad deportiva de sus hijo, acompañándoles en el camino que el deporte conlleva.

PM: ¿A qué edad, en la gimnasia, se puede empezar a hacer deporte de alto rendimiento?

AL: La formación de las niñas puede empezar a partir de los 3 años de edad, para estar en alto rendimiento todo depende de las capacidades de la niña para desenvolverse en el deporte.

PM: ¿A qué aspira Alondra Trejo siendo maestra de la rama?

AL: Cuando era pequeña sólo veía como un sueño ser parte de un club de gimnasia. Hoy por hoy, mi mayor deseo es hacer realidad el sueño de muchas niñas como el mío lo fue. Abriendo una academia particular en donde yo pueda atender la diversidad humana, respetando el proceso de crecimiento de cada una de ellas sin excepción alguna. Llevándolas a disfrutar cada momento y cada experiencia en su desarrollo. Haciéndoles ver que el éxito se logra con el esfuerzo de cada día.

PM: Defínete como buena entrenadora en una sola palabra. ¿Por qué?

AL: Pasión, porque disfruto y hago disfrutar la esencia de la gimnasia.

PM: ¿Qué le dirías a las niñas que desean hacer gimnasia, pero no están seguras?

AL: Que vivan la experiencia de un encuentro con su cuerpo a través del esfuerzo y la dedicación.

Alondra, de igual manera, se dio el tiempo de agradecer a las personas que han sido cruciales en su etapa de gimnasta y como docente.

AL: Haciendo un pequeño paréntesis, me gustaría tomarme el tiempo para externar el agradecimiento a mi entrenadora Georgina Luna que me brindo la oportunidad de formar parte de su club, que sepa que sus enseñanzas han dejado una gran huella en mi interior, que me acompañarán en la vida y por las que siempre estaré agradecida.

De igual forma, agradecer a mi madre todo el amor, sacrificio y esfuerzo que desde siempre ha dado por mí. Gracias por hacer de mí lo que soy, por prepararme para la vida, por convencerme de que lo que yo me proponga, lo podré lograr. Te amo infinitamente.

 

Texto: Humberto Rejón

Fotos: Cortesía

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