¿Amante de los perros?

Por Rocío Cortés Campos

Como perros y gatos (2001), una comedia gringa que presenta la eterna lucha de caninos contra felinos, sin duda sintetiza mucho el sentir de los llamados doglovers y catlovers. En la película, los perros son los buenos; y los gatos para variar (aliados con sus presas naturales, los ratones) son los malos que elaboran un maquiavélico complot para dominar el mundo.

En diversas revistas o sitios de variedades, se publican ideas como ésta: que los dueños de gatos son más inteligentes que los dueños de perros. ¿Será verdad? De acuerdo con investigaciones referidas en sitios como Los replicantes, Upsocl y Shnauzi.com, los dueños de gatos demuestran mayores indicadores de inteligencia que los dueños de perros. Además se presentan argumentos como que los dueños de perros tienden a ser más sociales y extrovertidos, mientras que los dueños de gatos pueden ser más sensibles e introvertidos, pero con mayores puntajes en los estudios académicos. No sé qué tan cierta pueda declararse una idea u otra; pero sí me surge una pregunta: ¿qué pasa con los que somos fans tanto de gatos como de perros?

A lo largo de mi vida he tenido infinidad de gatos, pero solamente dos perros, a todos ellos los he querido con toda el alma, pero hoy les platico de mis perritos Puppy y Sophie. Puppy, cruza de french con maltés y quién sabe qué más, fue un perrito rescatado que falleció recientemente, después de 14 maravillosos años en los que ladró a todo lo que se movía o respiraba (ser, animal, planta o cosa; le ladraba a todo). Sophie, cruza de Chihuahua con quién sabe qué, es una bella perrita de 5 años, también rescatada que no le ladra a todo lo que se mueve o respira, pero que tiene especial aversión por los gatos; a diferencia de Puppy, a quien los gatos realmente le tenían sin cuidado.

No puedo decir si tener gatos o perros nos hace más o menos inteligentes, pero esto sí lo puedo confirmar: si bien la conducta errática e impredecible de los gatos pudiera despertar mayor curiosidad e intriga para los humanos, lo cierto es que los perros son mucho más solidarios en los momentos de necesidad. Cuando alguna vez estuve enferma, la compañía sincera y desinteresada de mis perros (sobre todo de Puppy antes de que falleciera) era infalible; a diferencia de mis gatos, para quienes mi estado de salud o ánimo era completamente indiferente, siempre y cuando las croquetas estuvieran garantizadas.

Como sea, hay que considerar que tanto gatos como perros tienen distintas ventajas que los hacen estupendos compañeros dependiendo de nuestras rutinas. Los perros además de amigos leales, también pueden ser excelentes guardianes y señal alerta para los intrusos; sin embargo, pueden ser muy dependientes y súper activos y quizá no se amolden fácilmente a las dinámicas de todo tipo de persona, pero eso obedece a la raza y “personalidad” de cada perro. Los gatos, por su propia naturaleza independiente y aventurera, pueden requerir menos atención y cuidado que los canes, son mucho más limpios, y al mismo tiempo ayudan a mantener la casa lejos de ratones y otro tipo de alimañas, a los que cazan por mera diversión o deporte.
Para mí, lo mejor es tener un poco de todo. Quizá la vida se vuelva un poco loca con la convivencia de perros y gatos, sus debates y contradicciones, pero al mismo tiempo nos comparten lo mejor de los dos mundos. ¿Y tú qué prefieres?

Más información, aquí: https://www.losreplicantes.com/articulos/estudio-confirma-tienen-gatos-inteligentes-perros/ https://www.schnauzi.com/estudio-afirma-que-los-duenos-de-gatos-son-mas-inteligentes-que-los-duenos-de-perros/ http://www.upsocl.com/verde/los-duenos-de-perros-son-mas-inteligentes-que-los-duenos-de-gatos-canes-ayudan-a-encontrar-el-amor/.

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