Ambición y venganza, posibles móviles del asesinato

De acuerdo con declaraciones de recientes testigos en el juicio que se les sigue a los psiquiatras Pablo Santos García Gutiérrez y Enrique Lara González por el asesinato del doctor Felipe Triay Peniche, los móviles podrían estar relacionados tanto con la elaboración de Protocolos de investigación, como por los clientes de Pemex y sendas actas administrativas por mal desempeño en el IMSS.

Según el servicio noticioso Noti Rasa, en los últimos días han comparecido diferentes profesionales compañeros y conocidos de los tres actores de este homicidio y el denominador común ha sido: Enrique Lara vivía a la sombra profesional de Felipe Triay, éste último era titular en un contrato con Pemex y era el único autorizado para elaborar protocolos de investigación, y en ambos casos tenía como asistente a Lara.

En cuanto a las actas administrativas del Seguro Social, el doctor Felipe Triay levantó dos en contra de Pablo Santos por su mal desempeño y eso, al parecer, sería suficiente para que no le otorgaran una plaza laboral que pretendía.

Plazas del IMSS

El último de los galenos que ha comparecido es el Dr. Francisco Patiño Iribe, empleado del Hospital de Alta Especialidad, y con consultorio particular de la avenida Colón, quien en síntesis dijo:

Conoció al Dr. Felipe Triay porque trabajaban en el mismo edificio de la Colón, y a Lara González porque eran compañeros en el Hospital de Alta Especialidad.
Entre los psiquiatras era conocida la relación laboral y de amistad entre Triay y Lara y que gracias a ésta el segundo podía participar en contratos con Pemex y en los Protocolos Médicos que desarrollaba el asesinado.

Recordó que unos quince días antes del asesinato platicó con el doctor Triay sobre unas plazas vacantes en el IMSS, de las que dijo tenía poca probabilidad de conseguir pues había médicos que las cubrían de manera provisional; sin embargo, Felipe lo animó a hacer su solicitud ya que al Dr. Pablo García, uno de los suplentes, era poco probable que se le otorgase una plaza puesto que él le había levantado dos actas administrativas por su mal desempeño.

Ante ese comentario, los miembros del Tribunal le preguntaron si el Dr. Triay tenía injerencia en el otorgamiento de plazas, pues se pudiera dar el caso que Pablo García se estuviese enterado de las actas administrativas que le habían levantado y ésta fuera una razón más que suficiente para aceptar participar en su ejecución junto con Enrique Lara.

También declaró que…

En febrero de 2014, Lara lo invitó a participar en un Protocolo Médico, pero como sabía que el único autorizado y con capacidad de elaborarlo era el Dr. Triay, acudió a él y éste le recomendó realizar una serie de trámites en la Ciudad de México para que consiga la autorización.

En junio del mismo año, el Dr. Lara lo invitó de nuevo a que participara con el en un Protocolo Médico, ya que el Dr. Triay no lo haría. Le dijo que no podría hablarle de dinero pero sí de muchos viajes de investigación a través del mundo, lo que, según el declarante, lo hizo pensar que, a falta de Felipe, Lara podría haberse quedado con el desarrollo de los Protocolos Médicos.

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