Así, de volada

Por Carlos Hornelas

El Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador trata de ganar un round a la sombra con la consulta sobre el destino del aeropuerto de la Ciudad de México. Tal vez esta sea la mejor manera de esquivar una problemática que lo ha puesto contra las cuerdas.

Por un lado, si la consulta se lleva a cabo sin contratiempos, el resultado, cualquiera que fuere se puede interpretar como una decisión en la cual él no tuvo nada que ver y por lo tanto caería fuera del ámbito de su competencia. Le está endilgando esa responsabilidad a aquellos que expresen su opinión –sea técnica, informada o no-. Y en este sentido, sean dos o diez o mil los que votasen, sin la estructura formal de un auténtico ejercicio democrático, los resultados se respetarían voto por voto.

Pero si la consulta inicia con la sospecha, otra historia se escribiría. Si la ciudadanía es convencida de que la formulación de la pregunta es sesgada, de que no hay manera de comprobar los resultados auténticos, de que la cantidad de votantes no es suficiente para legitimar la decisión, si se desconfía de la votación porque no fue organizada por el INE, si pasara cualquiera de estas situaciones o su combinación, la responsabilidad puede diluirse en cada una de estas fases y sólo quedaría el recurso retórico de su propio dicho: “es bueno porque lo digo yo”.

En ese sentido, el recurso de “democracia participativa” tiene el riesgo de devenir en una “demagogia rampante”. Porque este no es el único aspecto en el cual ha pedido que la ciudadanía intervenga. El equipo de transición ha armado foros de consulta sobre algunos otros temas que no han tenido ni tanta atención ni tanto éxito, por ejemplo, los de educación y los de seguridad.

En esos casos, en los cuales no ha habido consulta sino un “formato distinto” para “recabar el sentimiento popular” sobre dichos aspectos, los resultados no son nada halagüeños. El domingo pasado, en Acapulco maestros de la Ceteg reventaron la sesión a sillazos provocando daños a algunos asistentes y estropicios en el hotel sede. Por supuesto que con estas condiciones es imposible expresarse sobre el tema. Parece que, en este particular, a menos que se retomen los foros y se posibilite un debate serio, la última palabra será de AMLO y no de los involucrados.

Asimismo, los llamados foros para la reconciliación y la paz que tratarían los aspectos de seguridad, atención a víctimas y la amnistía, fueron suspendidos cuando iban a realizarse en los estados más golpeados por este flagelo: Morelos, Tabasco, Tamaulipas, Sinaloa y Veracruz. La causa parece ser la falta de seguridad para llevarlos a cabo. Ante esta situación, parece que el presidente electo tendrá que decidir por los afectados en lugar de involucrarlos en el proceso.

Por ello, la necesidad que en estos meses que restan, el equipo de transición se apresure a aterrizar todas las promesas de campaña, que puedan efectivamente planear una ruta viable y no manden todo a volar y finalmente hagan lo que quieran.

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.