Así se viven los días previos a fieles difuntos en Mérida

Mercados de la capital yucateca experimentan una triste víspera de celebración de los días de muertos a causa del COVID-19 y el cierre parcial de los cementerios 

Por primera vez se celebrarán de una manera muy diferente los días dedicados a los fieles difuntos en la capital yucateca, debido a las modificaciones llevadas a cabo en materia sanitaria por los contagios de coronavirus. 

En estas fechas, los cementerios se han mantenido cerrados y abrirán solamente hasta los días 1 y 2 de noviembre, situación que ha afectado la actividad de los oferentes de flores; sin embargo, el anuncio de que podrán trabajar el próximo domingo deja abierta la puerta a la posibilidad de tener una recuperación parcial en sus ventas. De manera habitual estos vendedores laboran de lunes a sábado.

-Los precios se han elevado porque hubo afectaciones por las lluvias en Chiapas, lugar del que llegan muchas flores -comentó una de las oferentes entrevistadas, quien a manera de ejemplo dijo que los ramos de margaritas, que estaban a 18 pesos, ahora cuestan $30, mientras que el paquete de rosas pasó de $160 a $190 y dependiendo de la calidad hay hasta de $200.

La vendedora lamentó que, como siempre ha ocurrido, de nueva cuenta se dieron permisos para ofrecer flores a comerciantes dedicados a otros giros, como las verduras.

“A ellos los colocaron en los pasillos y al estar al paso de la gente son una competencia desleal para nosotros”, lamentó una de las vendedoras. 

Otro de los aspectos que ocasionará una baja en las ventas es que no estarán abiertos los colegios, que para estas fechas colocaban sus altares y para ello compraban desde flores, velas, dulces y frutas para la ocasión. Así lo comentó don Raúl Sánchez, quien cuenta con una amplia variedad de velas de colores que le quedaron del año pasado y que ahora ofrece al público al mismo precio que antes.

En recorrido realizado por los pasillos del mercado “Lucas de Gálvez”, se apreciaba una buena afluencia de visitantes, a quienes llamó poderosamente la atención un colorido puesto de dulces típicos tradicionales en donde hasta fila hubo para adquirir las tradicionales calaveras de azúcar o de gomitas de sabores, al igual que los clásicos zapotitos, mazapanes y dulces de coco elaborados en diversas poblaciones de la entidad como Hunucmá.

Doña Rita González, propietaria de un puesto, manifestó que apenas hace unos días recibió el permiso de la comuna y de inmediato hizo su pedido, del cual una buena parte llega desde la Ciudad de México. También destacó que una buena noticia para ellos es la ampliación del horario de funcionamiento de los mercados, que ahora ya no cierran a las 4 de la tarde, sino hasta las 7 de la noche.

La señora señaló a Peninsular Punto Medio que a pesar de que todavía no se tiene la afluencia debida, ya comienza a verse movimiento, por lo que hizo un llamado a las autoridades para que se haga la promoción correspondiente y que más gente visite los mercados.

Mucbilpollos

En este lugar conocimos a Roberto Álvarez, vecino de la comisaría de Molas, quien expresó que en dicha población la gente se prepara con mucha antelación, 15 días para cocinar sus tradicionales “pibes”. 

En esta ocasión, independientemente de la situación de emergencia en materia sanitaria que se vive por la pandemia, las personas siguen con esta tradición que une a las familias en torno a colocar el altar y la preparación del agujero en el que se cocinará el mucbilpollo.

“En el caso de la familia, los primos, los tíos, todos cooperamos para los gastos”, resaltó el entrevistado.

A unos metros del puesto de dulces de piña, se encuentra “La Vallisoletana”, un local dedicado a la venta de recados y achiote que en estos momentos tiene mucha actividad. 

“Hay gente que está adelantando sus compras en estos días, afortunadamente el público ya se está acostumbrado a los nuevos paraderos”, afirmó Miguel Santos, propietario del lugar, quien también destacó que las loncherías han mejorado sus ventas, en virtud de que ya se les permite tener espacios para que los clientes puedan comer en las mesas instaladas. 

Por su parte, en los locales de comida ubicados en “San Benito” se apreciaba que de las pocas mesas instaladas solo una mínima parte era ocupada, pues a decir de los vendedores el público tiene temor al coronavirus y prefiere llevarse el producto o abstenerse de consumir. 

“Tampoco la situación económica está como para hacer gastos extraordinarios, pero esperamos que poco a poco mejoren las cosas”, indicó uno de los encargados del lugar.

Entre las medidas que entraron en vigor recientemente, comentaron varios locatarios, está la entrega y uso obligatorio de las caretas de acrílico. Con esto se va a lograr que se abran todas las puertas en “San Benito”. También señalaron que por estas fechas de finados se van a colocar a varios ambulantes en la zona que ocupan los camiones de carga en su estacionamiento, ubicado en la calle 54 por 65.

Finalmente hay que resaltar que el ambiente en los pasillos del “Lucas de Gálvez” es muy diferente al panorama que se observa al interior del “San Benito”, donde la mayoría de los puestos lucen cerrados.

Los pocos comerciantes que se mantienen alegan que con tantas restricciones para ingresar y tener que caminar bastante para pasar por los filtros, la gente prefiere comprar a los ambulantes que entrar al recinto.

“Todo pinta a que las ventas van a estar bajas no solamente en este tiempo de pibes y fiestas a los fieles difuntos, sino que vamos a seguir así en lo que resta del año”, apuntó una de las entrevistadas, quien ofrece recados, achiote y manteca de cerdo entre otros insumos para prepara el tradicional mucbilpollo.

“El año pasado vendimos velas y hasta incienso, pero ahora no tuvimos para invertir, es triste pero lo poco que vendemos nos lo estamos comiendo, así es imposible meterle mercancía al puesto”, concluyó.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel

 

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