La Arquidiócesis de Yucatán advirtió que si bien es cierto, Yucatán no es paso de migrantes, en el último año se incrementó la llegada de personas en situación ilegal, principalmente centroamericanos.
El párroco Lorenzo Mex Jiménez, encargado de la Pastoral Social y Movilidad, señaló que actualmente 10 refugiados y cinco familias están bajo resguardo de la Iglesia Católica en Yucatán, que llegaron este año a la entidad, provenientes de Honduras.
El representante de la Arquidiócesis indicó que ayer se reunió con funcionarios del Gobierno del Estado y del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR) para iniciar trabajo conjunto que permitirá tomar medidas de atención humanitaria ante el riesgo de un inminente aumento de migrantes.
Manifestó que por parte de la Arquidiócesis de Yucatán se proyecta un centro de refugiados para brindarles apoyo y orientación legal para regularizar su estancia en el país.
“En tanto, las 10 personas que están en calidad de refugiados radican en el puerto de Progreso y las que están en Mérida fueron “adoptadas” por familias de la ciudad”, expresó.
Sostuvo también que estas personas reciben alimentación y atención médica, incluso algunas ya tienen empleo y han manifestado su deseo de radicar en Yucatán. En el caso de los menores, se han incorporado en diversas actividades, incluso acuden a la escuela.
De acuerdo al párroco es muy probable que en los próximos meses -es decir- de aquí al cierre del año- el flujo de migrantes que pretendan llegar y quedarse un buen tiempo en Yucatán, continuará aumentando.
Incluso esperan que el gobierno Federal y el gobierno del Estado tomen en cuenta esa situación.
Texto y foto: El Universal
