Bebés nacidos por cesárea tienen más bacterias hospitalarias

Una investigación publicada en la revista científica Nature, encontró que existen diferencias significativas en la microbiota intestinal de los bebés nacidos por vía vaginal y aquellos nacidos por cesárea.

Los bebés nacidos por vía vaginal obtienen la mayoría del microbioma de los intestinos de la madre. Mientras que los nacidos por cesárea tienen más bacterias asociadas con entornos hospitalarios y que son más propensas a resistencia antimicrobiana.

El papel exacto de estas bacterias no está claro y se desconoce si las diferencias al nacer tendrán algún efecto posterior en la salud puesto que se igualan en el primer año de vida.

Para comprender más sobre el desarrollo del microbioma y si el método de nacimiento influye en éste, los investigadores del Instituto Wellcome Sanger estudiaron mil 679 muestras de bacterias intestinales de casi 600 bebés sanos y 175 madres.

Los bebés tenían entre cuatro, siete o 21 días de edad y habían nacido en hospitales del Reino Unido. Algunos fueron seguidos hasta un año después.

Para averiguar qué bacterias estaban presentes, los investigadores utilizaron la secuenciación de ADN y el análisis genómico.

“Descubrimos que el modo de parto tuvo un gran impacto en las bacterias intestinales del recién nacido”, dijo en un comunicado el autor principal del artículo, Trevor Lawley.

Según los hallazgos, las bacterias intestinales de la madre son las que forman gran parte del microbioma en los bebés nacidos por vía vaginal. En contraste, los nacidos por cesárea que tenían menos de estas bacterias.

“Este estudio no encontró evidencia que respalde prácticas controvertidas de ‘frotis vaginal’, que podrían transferir bacterias peligrosas al bebé”, citó el texto.

Estudios previos habían sugerido que el bebé se tragaba las bacterias vaginales cuando bajaba por el canal del parto; sin embargo, esta investigación encontró que los bebés tenían muy pocas de estas bacterias en sus intestinos, sin diferencias en el método de parto.

“Nuestro estudio mostró que a medida que los bebés crecen y absorben bacterias cuando se alimentan y de todo lo que los rodea, sus microbiomas intestinales se vuelven similares entre sí”, apuntó otro de los responsables, Nigel Field.

Texto y foto: El Universal

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