Por Gabriel Ortiz
Dos de los equipos de la liga MX más relacionados con la generación de nuevos talentos cien por ciento mexicanos están en crisis.
Las Chivas de Guadalajara y los Pumas de la UNAM no son solo pertenecientes a la élite de México, no solo son dos de los equipos más populares del país; sino que han sido tradicionalmente equipos que han desarrollado al jugador mexicano, que han nutrido la selección nacional y que han definido, en el caso de Chivas, una identidad cimentada en la participación única de jugadores nacidos en México para integrar sus filas. Los Pumas por su parte, siempre se distinguieron por su gran trabajo en el acompañamiento y desarrollo de los jóvenes, siendo durante generaciones base de la selección nacional.
Hoy estos equipos no son ni la sombra de su legado, si tomamos su condición actual como indicador de lo que es el futbolista méxicano podemos encontrar mucha relación entre el desempeño de estos clubes y el nivel del fútbol de nuestro país.
Son hasta cierto punto, un termómetro de lo que aqueja a la liga, a los jugadores y a la selección. Si dos de los equipos con mayor identidad nacional son desde hace tiempo un desastre, ¿significa que el futbolista mexicano está en crisis también?, ¿no hay talento suficiente para mantener un club dignamente representado y exportar jugadores al extranjero?. Parece que se terminó la cantera, ¿se terminará también la cartera? Por contratar jugadores extranjeros no se para, ¿Por qué ese dinero no se invierte en fortalecer los torneos juveniles y desarrollar talentos?
