Ceguera y sordera

Armando Escalante
Periodista y analista político

Si usted es de los millones que votaron por el señor Manuel López, con toda seguridad asume férrea defensa de todo lo que haga o diga sin importar si está bien o mal, si es correcto o si es un disparate sacado de alguna ocurrencia. Generalmente los proAmlos asumen conductas agresivas a la hora de defenderlo y no entienden razones.

Previamente él se ha encargado de aleccionarlos con un rosario de frases interminables que a diario repite como una suerte de abanico enorme que funciona como escudo ante cualquier hecho por más contundente que sea. Por ejemplo, si se confirma algún caso de corrupción en su gobierno, se antepone la respuesta de que “ahora si critican y antes callaron como momias”. Obviamente cualquier cuestionamiento pasa primero por descalificar al medio o al reportero que lo publique o escriba para luego negarlo, hasta darle carpetazo con un “se va a investigar” y terminar desechado por la Función Pública. No hay forma de que ningun hecho probado sea sancionado y su autor culpado por el gobierno del peje. Pero… ya no todos sus admiradores son así.

En 21 meses de gobierno, miles de seguidores se han enojado ante medidas del presidente que les perjudican. Entre ellos deben estar sin duda, papás de niños con tratamiento oncológico que sufren el maltrato del poder, al negarles audiencia; las mamás sin guardería, las familias sin vacunas, y en general todos aquellos a los que la realidad de este mal gobierno los alcanzó. Es difícil que a todos les toque algún mal trato de López antes de las elecciones pero si es un hecho que la gente está cada vez más decepcionada, si no que lo digan como 600 de los 650 abajofirmantes que mandaron un desplegado pro libre expresión que ven en riesgo; la mayoría creyó en el peje y no se esperaban ver y oír tantas barbaridades en tan poco tiempo.

El xix.— El poder fáctico que por décadas ejercen algunos hombres de dinero sobre gobiernos estatales y municipales en Yucatán, es el que mantiene atorado, sin avance y sin progreso, muchos aspectos de la vida económica, política y social del estado. Por eso todos debemos aplaudir el granito de arena que han puesto el gobernador y el alcalde en el tema de proteger la salud de usuarios del transporte. En vez de atacarlo, deberíamos saber que los intereses personales de unos cuantos han impedido el beneficio de una mayoría.

Lo dije antes y lo repito hoy: es el momento de abrir una convocatoria para concesionar nuevas rutas que atraviesen el centro de la ciudad, de Sur a Norte y Oriente a Poniente con 16 buses cada hora (4 de ida y 4 de vuelta) entre las 5:30 y las 9:30 am y 5:30 a 9:30 pm en cada sentido —por cada punto cardinal—, circulando por las calles 56-58, 64-66 y 57-59 y 65-67 alejándose del centro unas 40 cuadras hasta llegar al Anillo Periférico, rodear en alguna glorieta y volver.

Los buses de varios dueños en sociedad, estarían a lo largo de la ruta de tal suerte que cuando alguna esté apenas a la mitad del trayecto, sale la siguiente en cada extremo, cada hora. El pasaje puede costar $10 pesos porque el usuario evita el transbordo. Y poco a poco el centro deja de ser ese botín que hoy quieren controlar 5 o 6 propietarios de predios.

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