Chivo expiatorio

Por: Juan Esteban Méndez

Mae Govannen, estimados lectores. Estamos menos de una semana de los lamentables sucesos que acontecieron la mañana del pasado viernes 10 de enero, en donde una maestra falleció y varios alumnos resultaron heridos, el atacante: un niño de 11 años caracterizado como Eric Harris, uno de los asesinos de la masacre en una escuela secundaria de Columbine en los Estados Unidos en 1999.

Pasada la tragedia, el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís declaró a la prensa con la risible justificación de que “el niño, influenciado por un videojuego que se llamado Natural Selection, que yo creo que trató de recrear el día de hoy” de allí (una vez más) continuó el debate sobre la vinculación violencia-videojuegos y ante la continuidad de los medios de ponerlos como protagonistas cabe aclarar:

Efectivamente el asesino Eric Harris portaba una playera que decía Natural Selection en 1999 y sí, es un videojuego que trata sobre batallas entre aliens y humanos (temática vista cientos de veces en el mundo del videojuego) en eso no podemos defender lo indefendible, lo que sí podemos defender es el categorizar a los juegos como responsables de la violencia, veamos el caso de Japón.

El país del sol naciente tiene el consumo de videojuegos más grande del mundo y su tasa de asesinatos es de 0.28 homicidos por cada 100 mil habitantes, situación que es entendible por el grado de valores y cultura de aquel país, en México que no entra en el campo del consumo más grande de la industria de los juegos de video es de 29 homicidios por casa 100 mil habitantes, luego entonces… ¿los videojuegos son el problema?

El problema es la falta de valores, la narco-cultura, la omisión de un correcto sistema de salud mental y de asesoramiento a familias y personas vulnerables, lamentablemente se descubrió que la familia del pequeño tiene nexos con el narcotráfico, no podríamos imaginar la formación que llevó el niño en sus escasos años de vida, este hecho es un llamado a todos los que pudieran recibir el mensaje: es hora de dejar atrás chivos expiatorios y atacar el problema de raíz, cada quien desde su trinchera.

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