Columna | Un verdadero cambio

Por Jhonny Eyder Euán

La tarde que comencé a escribir la columna me distrajo el ruido virtual de la gente que comentaba sin parar sobre aquella nueva normalidad que está por llegar. La presentaron como el fin de los males, el retorno a la vida perdida, un mar de esperanza. Pero, ¿qué es?

Según las autoridades, se trata del inicio de la reactivación de una sociedad que se encuentra recluida en sus hogares por la pandemia. Son las fechas, ya elegidas en reuniones exhaustivas y virtuales, que se tomarán como el disparo de salida para reabrir tiendas, restaurantes, centros comerciales y hasta escuelas.

Lo que dicen siempre se escucha bien—salvo por algunos funcionarios que tartamudean al hablar y confunden las cifras— e ilusiona hasta el grado de hacer planes en la mente sobre lo que se hará cuando ya se pueda salir sin cubrebocas a la calle.

Los doctores se muestran seguros y no se hallan motivos suficientes para dudar de su autoridad al hablar de la contingencia sanitaria. Sin embargo, ¿será cierto que vamos bien como para pensar en la victoria?

Donde vivo estamos en alerta máxima, y es casi un hecho que seremos de los últimos en adoptar esa “nueva normalidad” de la que nos hablan. En otras ciudades esa etapa iniciará en unos días y las personas sienten un ligero alivio, pero aún hay incertidumbre.

Este panorama incierto sólo comprueba que el miedo nos acompañará por mucho tiempo; estará presente cuando estemos cruzando una calle al igual que decenas de supervivientes o cuando vayamos a parques donde se tenga que hacer fila para comprar marquesitas o esquites.

Espero que esa nueva normalidad sea real y nos devuelva la calma que se alejó con cada hora de cuarentena. Me gustaría que seamos más empáticos; que nos ayudemos y seamos un verdadero equipo ante todo problema. Espero que se revalore la vida y se olviden las malas prácticas como los robos, asesinatos; que desaparezcan todos los demonios que nos rodean.

Cuando leo un comentario sobre ese retorno de la normalidad, pienso que es una oportunidad de cambiar. Saber que tanta gente ha muerto en esta pandemia podría ser esa tristeza que nos haga cuidarnos más a nosotros y a nuestra familia, ciudad, país, mundo.

Miles de personas en el país se preparan para esa nueva normalidad, aunque donde habito todavía se ve lejano que la tranquilidad vuelva. Muchos aguardan ese momento desde sus habitaciones y con la esperanza de que ocurra un verdadero cambio.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.