Comer carne mal cocida puede transmitir toxoplasmosis

Comer carne cruda o mal cocida es una fuente de contagio para la toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que afecta a casi un tercio de la población mundial y que frecuentemente es transmitida a través de las heces infectadas de gatos.

Así lo afirmó la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Martha Ponce-Macotela, quien agregó que esta enfermedad es ocasionada por el parásito Toxoplasma gondii, el cual puede causar desde infecciones leves y asintomáticas, hasta mortales que afectan al feto humano.

En un comunicado, señaló que los humanos, al igual que otros mamíferos, también se infectan al consumir agua o verduras crudas contaminadas con quistes de este parásito, por la falta de hábitos higiénicos, por manipular hortalizas o areneros contaminados, o por comer mariscos crudos infectados.

Consideran que el gato es el principal transmisor probablemente se debe a que son los hospederos del parásito. Sin embargo, estos no siempre eliminan quistes y no siempre están infectados.

Los felinos al ser infectados en su intestino se realiza la reproducción sexual del parásito, y durante esta fase (de siete a 21 días) eliminan millones de quistes con la materia fecal. Para que sean infectantes necesitan permanecer en el ambiente de un día a tres semanas para completar su maduración.

En la mayoría de los casos este padecimiento es asintomático. Algunos de sus posibles indicios son parecidos a los de la influenza: dolor generalizado, dolor de cabeza, fiebre, fatiga y ganglios linfáticos inflamados.

En personas con sistema inmunitario debilitados además se presenta confusión, falta de coordinación, convulsiones y visión borrosa. Tanto en ellos como para el producto del primer trimestre del embarazo de mujeres puede llegar a ser mortal.

Al respecto, la especialista destacó que la infección en el primer trimestre del embarazo es menos frecuente que en el tercer mes pero debido a que el embrión está en organogénesis el daño es mayor.

Esto puede desencadenar un aborto, muerte fetal intrauterina o malformaciones congénitas graves, como hidrocefalia, coriorretinitis, convulsiones y calcificación cerebral.

Este padecimiento no es curable. Los fármacos que se utilizan no erradican al parásito porque forman quistes tisulares que pueden permanecer durante años.

Texto y foto: El Universal

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