¿Cómo cuidar la piel y evitar la aparición de úlceras por reposo?

Tras permanecer mucho tiempo en cama en la misma posición hay que caminar y examinar que no haya hinchazón o cambios en la piel

Recuperarse del coronavirus puede llevar bastante tiempo dependiendo de qué tan grave fue la afectación, es decir, si en su momento el paciente presentó síntomas leves o requirió de cuidados intensivos. También influirá la edad, el sexo y las enfermedades y comorbilidades que presente, pero de manera general se calcula que se requerirá de entre dos meses a más de un año para recuperarse.

Ante esta situación es importante tener en cuenta que al pasar mucho tiempo en cama, es normal que el paciente pierda masa corporal, y que inclusive algunas personas realizarán fisioterapia para volver a caminar. Pero además hay otro tema del que se tiene que estar muy pendiente si se tiene en casa a pacientes que se están recuperando de COVID-19 y que tienen una situación de movilidad reducida o que tienen que permanecer mucho tiempo en cama o en el sillón de la casa: la aparición de escaras o úlceras en la piel.

“Esta patología es prevenible pero si no se atienden temprano se formarán llagas que se pueden infectar y traer complicaciones graves”, explicó la doctora Daniela Silva, especialista en medicina interna y geriatría.

Cuando una persona permanece mucho tiempo en la misma posición, ciertas zonas de la piel que tienen poca grasa y que son presionadas de manera constante por su cercanía a los huesos, comienzan a presentar primeramente un enrojecimiento que después se convierte en una llaga que puede empeorar al grado de que la lesión se profundice.

Por ello, es importante verificar que nuestros familiares no pasen mucho tiempo postrados en cama y que se les cambie de posición de manera continua; se recomienda después de dos horas acostados, que se sienten durante 15 minutos, y de ser posible que den un paseo por la casa, pero teniendo el cuidado de que no haya tapetes o algún otro objeto que pueda generar el riesgo de que sufran una caída.

Cada vez que se le cambie la ropa a nuestro familiar o paciente, es importante examinar los codos, espalda, sacro, talones y cabeza para observar posibles cambios de color en la piel, hinchazón o alguna secreción de líquido que nos adviertan que podría presentarse el problema.

Para evitarlo, se recomienda mantener la piel limpia e hidratada, con crema dermoprotectora que regenera la piel enrojecida y reduce la irritación. Ademas, existen colchones inflables o de agua que permitan distribuir el peso del cuerpo y la presión sobre determinadas áreas y almohadillas para la zona de los omóplatos y en sitios de prominencias óseas.

Si ya apareció alguna herida en la piel, esta se debe lavar e hidratar utilizando jabón neutro, para después aplicar la pomada que indique el médico y cubrir la zona adecuadamente para evitar infecciones. No se debe utilizar para esta labor agua oxigenada, alcohol o limpiadores con yodo, porque resecan y dañan. Si la herida o llaga es de tal grado que ya hay pérdida del grosor de la piel o en su caso del total del espesor del tejido, la curación y atención debe estar a cargo de un médico.

Texto: Manuel Pool Moguel
Foto: Agencia

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.