Cómplice

Armando Escalante
Periodista y analista político

Si usted no escuchó o leyó las declaraciones de Jaime Cárdenas Gracia —el que le renunció al presidente Manuel López al INDEP—, vale la pena que al terminar de leer este texto busque algún vídeo en alguna plataforma o medio de comunicación, como el YouTube de Reforma (buscar la charla de René Delgado-Entredichos), o copie en su barra de navegación de internet lo siguiente: bit.ly/2GdX6q4. También puede buscar en Noticieros Televisa a Denise Maerker o ir al YouTube de Ricardo Rocha Informa y encontrar las entrevistas con este personaje.

¿Quién es Jaime Cárdenas? Es lo que algunos llamamos “un hombre del sistema”, es decir, que forma parte del gobierno desde hace mucho, tiene raíces profundas, vínculos a grupos políticos, académicos y o sociales y por años se le asoció con el PRI, aunque desde siempre apoyaba a López Obrador. Pasó por el IFE y siempre estuvo en el bando contrario al PAN.

El INDEP —organismo que este gobierno creó para supuestamente “devolver al pueblo lo robado”— no es nuevo y tampoco sirve para lo que la gente fue engañada a creer. Su nombre correcto es Servicio de Administración y Enajenación de Bienes y su función siempre ha sido la misma que ahora: los bienes incautados a la delincuencia entran a un proceso de licitación una vez que lo legal se finiquita. Pero el señor Manuel López decidió mentirle al pueblo —nuevamente— y hacer parecer que ese organismo lo creó para subastar bienes que él le haya quitado a los corruptos del pasado. Falso como buena parte de lo que hace y dice todos los días este presidente.

El señor Cárdenas, como buen hombre del sistema, sabe bien que lo que hizo es torpedear el flamante trasatlántico del peje, dejándole un hoyanco al nivel de flotación, luego del vídeo del hermano incómodo —Pío— recibiendo bolsas de dinero de un ayudante del esposo de la cantante Anahí, en aquel entonces gobernador de Chiapas. Reveló robos enormes ahí, pero se fastidió de intentar resolver la enorme estela de corrupción del INDEP. Y también se hartó de que al denunciar los ilícitos que se cometen, tampoco nadie le hiciera caso. En pocas palabras, pese a estar al tanto de todo, el presidente no hizo nada y, por el contrario, descalificó al ahora dimitente.

Se cree que AMLO es cómplice de toda la enorme corrupción que impera en su gobierno pero como se sabe popular y altamente respaldado, no le importa que lo descubran. Aguanta eso y más.

El xix.—El gobernador y el alcalde de Mérida, en buena mancuerna, llevan a cabo en toda la ciudad la pavimentación de calles en colonias y fraccionamientos que desde hace 30 o 40 años —por alguna razón—escaparon de la modernizacion y quedaron atrapadas sin ser asfaltadas nunca. En muchos lados se pueden ver letreros que anuncian la apertura de nuevas vialidades al tránsito. Por eso supongo que a ningún priista o morenista, adversario y opositor de ambos, se le ocurriría el despropósito de ir a mal repavimentar tramos de calle en alguna colonia —habiendo un plan tan ambicioso como el que arrancó en octubre de 2018—, para tomarse una foto y hacer proselitismo; sería tanto como darse un tiro en el pie. Sobretodo cuando están tan complicadas las cosas en el ámbito nacional y en lo local ni se diga y a nadie conviene estar “jugando” a la política y exponerse a perder la ciudad por ese manejo.

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