Conoce las reglas de oro para la inversión

En estos tiempos de incertidumbre solo una cosa está clara, y es que, en medio del caos, lo esencial vuelve a cobrar vital importancia.

En tiempos inciertos como los que vivimos por el COVID-19, saber cómo actuar no es tarea fácil. La pandemia está dejando una profunda huella en la sociedad. Son tiempos de cambios, en los que la incertidumbre y el desconcierto derivan en varias de preguntas sin soluciones palpables sobre a dónde conducirá esta crisis sanitaria y económica. Solo una cosa está clara, y es que, en medio del caos, lo esencial vuelve a cobrar vital importancia.

Lo mismo podríamos decir en el terreno financiero. La pandemia sacude con fuerza los mercados, dejando un escenario complejo y sin precedentes que ha sumergido a los inversores en un mar de dudas: en qué invertir, dónde y cómo.

La respuesta, según la gestora francesa Carmignac, también pasa por lo más sencillo, y recuerda las tres “reglas de oro” que se debe tener en cuenta si se está pensando en poner a funcionar los ahorros.

Confía en el largo plazo. El miedo es algo natural cuando es nuestro dinero el que aparece en escena, pero los expertos coinciden en que mantener la calma y sortear el pánico en periodos de inestabilidad es la mejor forma de obtener rentabilidad. Al dinero hay que darle tiempo para crecer y, en este contexto, los analistas de Carmignac recuerdan que la volatilidad es algo natural e inevitable.

Como dijo Warren Buffett, “el éxito en la inversión lleva tiempo, disciplina y paciencia”. Y así lo han demostrado los datos a lo largo de la historia: cuanto más tiempo se mantiene la inversión y más diversificada está, menor es la probabilidad de perder dinero.

Los expertos coinciden en que mantener la calma y sortear el pánico en periodos de inestabilidad es la mejor forma de obtener rentabilidad

Diversificar el riesgo. ¿Buscas mayor rentabilidad y estás dispuesto a asumir más riesgos? ¿O, por el contrario, eres más conservador? Da igual. El objetivo de todo inversor es común: ganar dinero y no perderlo. El riesgo siempre está ahí; la idea es reducirlo lo máximo posible en función de tus objetivos financieros. Generalmente, el riesgo y el beneficio van de la mano.

La forma más común de disminuirlo es repartiéndolo. Diversificando la cartera. Si juegas todos tus ahorros a una sola carta y compras acciones de una compañía, por ejemplo, tu rentabilidad estará en manos de esa empresa, de tal manera que si quiebra o registra grandes pérdidas tú también lo harás. Toda tu inversión se verá afectada. Pero si destinas solamente una parte de tus ahorros a las acciones de ese grupo y repartes el resto en otros activos (por ejemplo, en deuda pública o privada, divisas, oro…), el riesgo estará repartido y la posibilidad de anotar pérdidas será menor.

Confía en los expertos. “Invertir no es una habilidad, es una profesión. Debe ser confiada a expertos”. Desde Carmignac explican que el conocimiento juega un papel clave, y en este contexto ejemplifican que “nadie espera que hagas un plano de tu futura casa, que te arregles los dientes o que diseñes tu próximo coche” sin recurrir a un profesional. A la hora de poner tus ahorros a trabajar debería ocurrir lo mismo.

Texto y foto: Agencias

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