Coreano que profesa oficio en extinción

Su hija Alicia Toh Alvarado recuerda que su papá llega a los 25 años en una hacienda en Campeche, donde conoce a su mamá y se casan; luego trabaja como reparador de ollas y hojalatero

En 1947 falleció Juan Toh, nacido en  Seongbukdong, Seúl, Corea y quien llegó en 1905  para trabajar en las haciendas henequeneras y de quien su hija Alicia Toh Alvarado, recordó algunos fragmentos de su vida, como el de transportarse en su truck que jalaba un caballo, recorría las poblaciones de Dzitya, San Antonio Hool, Cheuman, Tamanche y Sierra Papacal ofreciendo sus servicios como reparador de ollas, un oficio ya desaparecido.

Alicia, quien nació en la Hacienda Noc AC en 1943, recordó que su padre llegó a los 25 años y que fue enviado a la hacienda de San José Carpizo en Campeche, donde conoció a su madre Cándida Alvarado.

—Ella y sus 2 hermanas se casaron con coreanos, era muy joven cuando se casó con mi papá, tenía entonces 14 años —comentó Alicia a la página de Facebook Descendientes Coreanos.

Fue de esta manera que se formó la familia Toh Alvarado. Tuvieron 14 hijos pero sólo vivieron 10: Marcelina, María Santos, Álvaro, Liandro, Adriano, Lorenzo, Manuel, María, Esther y Alicia.

Toh Alvarado recordó que su papá, Juan, hablaba coreano, maya y español.

—Mi mamá y mi hermano Álvaro me contaban que en la casa de Noc Ac llegaba 4 coreanos a platicar con mi papá: Felipe, Hilario, Avelardo y José Yu. Ellos vivían en Noc Ac pero los domingos iban a la casa y era fiesta; Reían mucho, comían comida coreana, jugaban juegos de azar y platicaban solo en coreano —recordó.

Fue Juan quien enseñó a su esposa Cándida a cocinar comidas coreanas y a preparar kimchi, que ante la falta de los ingredientes originales se tuvo que adaptar a lo que tenían a la mano y lo preparaban con rábano, pepino, sandía (la parte blanca) acelga y papaya verde.

Después de su liberación de la hacienda —recordó Alicia quien ya cuenta con 77 años de edad—, “mi papá se dedicó al  trabajó de hojalatero. Salía con su truck a buscar trabajo, preparaba su caballo y a las 8 a.m se iba con mis hermanos más grandes;  llegaba a Dzityá, San Antonio, Cheuman, Sierra Papakal, Tamanché y Caucel. Traía ollas y cubos a la casa  para componer, la gente lo quería mucho”.

—Mi madre me contó que él iba a Mérida  para reunirse con sus paisanos coreanos, y que enfermo de Coplegia (se le entumio la mitad de su cuerpo) Murió el 24 de noviembre de 1947 fue enterrado en el cementerio de Cosgaya —dijo.

Cuando él murió, mi mamá se quedó sin sustento y tuvimos una vida triste y difícil.

La casa donde vivíamos era de paja y mi papá guardaba sus documentos en una latita, pero después de su muerte mi mamá decidió quemar todos sus documentos.

A él  le gustaba fumar con pipa y  tenía un cuchillo (el único objeto que conservo.)

—A nosotros nos decían los chinos y yo me peleaba cuando me decían “china”. No me casé con un coreano porque decía que mis hijos tendrían los ojos más cerrados y más se burlarían  de ellos —dijo.

Finalmente Alicia se casó con Lorenzo Huchim Uc y formó la familia Huchim Toh. Tuvieron 5 hijos: Concepcion, Fredy, Rudy, Alicia y Ligia. En la actualidad Doña Alicia tiene diez nietos y pronto llegará su primer bisnieto.

—Me siento orgullosa de ser hija de un coreano pero igual me da tristeza la vida triste y cruel  que llevaron y porque no pudieron regresar a su país —concluyó.

Texto: Manuel Pool Moguel

Foto: Cortesía

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