Por Juan Esteban Méndez
Mae Govannen, estimados lectores. Ha llegado la tradicional pelea mediática que llega a suscitarse cada septiembre del año: cual es mejor equipo celular, si Android o Apple, y la razón es sencilla: la empresa de la manzana ha presentado su más reciente equipo, el iPhone 11 y las consecuencias como habitualmente suceden posterior a una presentación que para bien o para mal marca una tendencia en la industria pasan desde burlas del precio excesivo hasta el uso de una “tecnología obsoleta” entre otras, que distan mucho de la realidad y que solo ponen en evidencia muchos aspectos que se limitan a un adoctrinamiento de masas creado por cada seguidor de las diversas empresas y que hablan sin fundamento ni convicción propia y dicha convicción únicamente puede provenir de alguien que haya experimentado ampliamente una experiencia con la marca, ninguna estadística ni artículo podrá competir con la experiencia vivencial con el equipo.
Toda tecnología existe con una potencia indeterminada, es decir: un aparato tecnológico por si solo es inútil, solo cobra vida en las manos correctas, podríamos tener un equipo de tecnología de punta, pero si el consumidor hace uso de solo un aspecto de los cientos de elementos que puede realizar el aparato la funcionalidad no es la idealizada, no se está dandole correcto uso a la tecnología y a la vida útil del dispositivo, de allí que un servidor esté de acuerdo con la expresión “estás gastando tu dinero” por que es cierto, si solo compras el dispositivo por moda o por la necesidad de vivir una falta expectativa de la experiencia tecnológica, en ningún momento hiciste lo más importante de la vida de un consumidor y eso es el “invertir”.
Invertir en un equipo que más que un teléfono o gadget es una herramienta de trabajo y que tenemos pleno conocimiento que vamos a usarla de manera correcta y en ese momento cuando un consumidor consiente adquiere uno de estos dispositivos es cuando el dinero invertido se verá reflejado en las acciones que pueda hacer con esa tecnología que brillará o se opacará dependiendo de quien proviene.
