Cuervos de la nación

Armando Escalante
Periodista y
analista político

Soldados, marinos, reclutadores, activistas, jefes de manzana, observadores y otros mirones, acompañan a un médico y a una enfermera en las brigadas semi-militarizadas que Manuel López manda para vacunar a su clientela. Poco a poco miles de personas de este país se convencen de qué está hecho este sujeto que, al amparo del resentimiento social, pudo engañar a 30 millones de personas para volverse presidente.

Manda o tal vez ordena vacunar primero a los suyos, a sus operadores políticos, que son los que van a las colonias seleccionadas a crecer los padrones de votos con los que espera consumar el tiro de gracia para el país y ganar la mayoría del Congreso federal desde el cual lanzará una nueva Constitución como lo han hecho otros mesiánicos dictadores. Anoten cuándo lo avisamos.

El gran engaño que ha resultado este gobierno, se confirma día con día con la cantidad de disparates y graves decisiones que toma el mandatario tabasqueño, arrasando con todo a su paso. Sus planes y proyectos son tan malos que ni yendo a supervisarlos él personalmente, ni ocultando información —con lujo de corrupción—, vencen los obstáculos que de por si les pone la naturaleza, o bien, la gente de muchas comunidades y hasta jueces y magistrados. De todos modos a él le vale todo, porque confía en que los otros 70 millones que no votaron por él se queden con las ganas de poder hacer algo para frenarlo.

Está convencido —como lo estoy yo— que nadie puede hacerle frente: ni los partidos políticos, ni los medios de prensa, ni mucho menos los empresarios que él ha mantenido de rodillas, comenzando con el o los máximos dirigentes empresariales del país hasta el más humilde comerciante de este municipio. Nadie.

De los militares ni se diga: los tiene a todos ocupados haciendo negocios. Uno que otro miembro de su partido y de su proyecto destructivo, han logrado abandonar este desastre, pero sus voces críticas son acalladas o se pierden entre la magnitud de malas noticias que ocupan los medios de todo el país. La gente está demasiado impactada con la tragedia que cada quien tiene, como para meterse a pensar en los demás.

Donde de plano este tipo López ha perdido el control —de la pandemia ni hablemos— es en las redes sociales, que las 24 horas lo exhiben conforme surgen sus errores; pero si usted revisa periódicos de México, para eso también ya planean tomar medidas que están estudiando en el Senado, según se pudo leer ayer domingo, en la agenda de Ricardo Monreal. O sea, van a acabar con todo aquello que se les ponga enfrente. Así se llame Twitter, Facebook, YouTube, etcétera.

El xix.— Algo que no han aprendido a “operar” en el despacho (antes de la 61) ahora en la 20 de Xcumpich (quinto piso) es la contraofensiva al desastre que causa la 4T en su tren maya, en el reparto de dinero, o en el abuso de las vacunas, que siguen sin trascender como noticias y se manejan con recelo entre unos cuantos, mientras ellos hacen y deshacen y atacan sin respiro ni tregua al gobernador y sus programas, para luego obtener una candidatura. Sobran manos que quieran ayudar. O críen cuervos de la Nación que les saquen los ojos.

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