De productor petrolero a destino de turismo

Gobierno e iniciativa privada buscan impulsar el crecimiento y desarrollo de Campeche, mediante la mejora de los atractivos y apostando por nichos de mercado como el de reuniones

Desde mediados del Siglo XX, la economía de Campeche ha dependido de la industria petrolera. Antes lo hizo de la exportación del palo de tinte y otras maderas preciosas, el chicle y la pesca de camarón, actividades que vinieron a la baja con los años debido a la sobreexplotación, una caída en la demanda o la sustitución de materias primas en los mercados globales. Hoy, el gobierno y la iniciativa privada buscan impulsar el crecimiento y desarrollo del Estado a través de turismo, sobre todo el de reuniones (eventos, convenciones, ferias y exposiciones), aprovechando los dos centros de convenciones con los que cuentan: Centro de Convenciones Campeche XXI y Centro de Convenciones Carmen XXI, con capacidad para 11,390 y 1,300 personas, respectivamente; y las riquezas gastronómicas, culturales y naturales del Estado.

Y es que, con la caída de la producción del petróleo en la última década, el desempleo en la entidad creció. De ahí que ahora se esté apostando al turismo, el tercer sector económico en el mundo, después de la química y el petróleo, y una de las principales fuentes de ingresos de México (es el sexto país más visitado).

“El gobernador Alejandro Moreno Cárdenas lo ha dicho muy claro: el futuro de Campeche hoy en día es el turismo. No hay que equivocarnos, durante muchos años el sureste de México tuvo, por su ubicación geográfica, el privilegio de vivir de lo que producía: palo de tinte, chicle, camarón y petróleo, pero el primero se acabó, el chicle se fue, la pesca es cada vez más escasa y ahora el petróleo se está acabando. Entonces, ¿qué tenemos que hacer? Apostarle al turismo”, dice Jorge Enrique Manos Esparragoza, secretario de Turismo de Campeche.

Para ello se trabaja con una visión a 30 años. “Estamos mejorando los atractivos turísticos y la accesibilidad a las zonas arqueológicas; preparando la infraestructura, a los prestadores de servicios: hoteleros, restauranteros, transportistas, agencias de viajes, proveedores y personal, con programas de capacitación; apostándole a otros nichos de mercado, como el turismo de reuniones, de alto poder adquisitivo”, explica.

Muestra de ello son los tres cruceros que llegarán a partir del próximo año a Campeche, algo inédito para la entidad. “Las aguas poco profundas de Campeche habían impedido esto, y teníamos dos opciones: cruzarnos de brazos o buscar cruceros más pequeños, de 200 o 300 pasajeros, dirigiéndonos a personas de la tercera edad de alto poder adquisitivo, que buscan sitios ricos en cultura y tradición, y lo logramos, llegamos a un acuerdo con la naviera Victory Cruise Line, cuyo crucero Victoria 2 visitará 14 veces Campeche a partir de enero próximo”, detalla el también presidente del Consejo Directivo de la Unión de Secretarios de Turismo de México (Asetur).

Las otras dos navieras que también arribarán a la entidad son: la francesa Ponant Cruises, que tendrá una ruta por los Estados del Golfo de México: Quintana Roo (Cancún y Puerto Morelos) y Campeche (Campeche); y The Ritz Carlton, que comenzará a operar sus cruceros de lujo en 2020.
Lo anterior representa la llegada de más de 3,000 turistas a la entidad y una derrama de más de 70 millones de pesos (mdp).

En el tema de turismo de reuniones, este año será récord para el Estado, con un total de 24 congresos nacionales e internacionales, y para el 2019 se espera superar dicha cifra. Hace algunos años se realizaban apenas tres o cuatro congresos. En 2016 se realizaron 16 congresos, con una derrama económica de 300 mdp.

¿Cómo se logró? Apostando a convenciones más pequeñas, eventos más exclusivos, de 400 a 1,500 personas, que están en busca de lugares como Campeche, donde las distancias entre aeropuerto, hoteles, centros de convenciones y amenidades, son muy cortas.

“No somos grandes competidores de congresos de 4,000 o 5,000 personas; buscamos eventos más pequeños, más exclusivos, para darles un trato especial. Hacemos comidas y cenas temáticas para los asistentes en lugares históricos, con el apoyo del INAH y el patronato de la ciudad, lo que da un nuevo giro a las convenciones. La gente se va muy contenta, al igual que los organizadores”, explica Manos Esparragoza.

Texto: Alto Nivel
Fotos: Cortesía

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