De tradición en la industria llantera

A José Asís, su abuela Catalina Moisés, siempre le habla de la disciplina financiera que tiene su esposo, quien llega a tener un cine y fábrica de hielo y esa receta a él le permite tener más de 20 negocios de neumáticos

Orgullosos de sus ancestros, que en 1870 llegaron a Yucatán procedentes de Trípoli y Siria, los integrantes de la familia Abraham Angulo, a diario ponen en práctica todo lo aprendido desde pequeños de la mano de su padre, José Asís Abraham Azar y continuar su legado en el ámbito de la distribución de llantas y servicios relacionados con el rubro, en el que este año cumplirán cinco décadas de grandes satisfacciones.

Acompañado de sus hijos Jaime y Jhail, José Asís recibió al equipo de Peninsular Punto Medio en sus oficinas, que comparte además con César Augusto y José Asís, quienes en la actualidad fungen como sus cuatro directores en diversas áreas de la empresa llantera que en 1971 fundó en compañía de su entonces esposa Ruth Noemí Angulo.

En las paredes del recinto se encuentran los más preciados tesoros de José Asís, los diplomas y títulos profesionales de  cada uno de sus hijos, incluyendo los Ingrid y de la mayor Nagive, quienes en su  momento también fueron parte primordial en las operaciones de esta empresa que tiene como objetivo principal brindar u  servicio de máxima calidad, de allí el nombre elegido para la negociación: Servimax.

Recordó que desde que sus hijos eran pequeñitos, siempre se preocupó porque sintieran amor por el trabajo, y en este caso hasta por el aroma a hule, ya que regularmente acudían a la empresa para jugar en las bodegas.

De esa misma forma, José aprendió a trabajar en los negocios de la familia, llevando siempre en la mente y honrando  el recuerdo se sus abuelos que llegaron a Yucatán sin saber el idioma y sin tener nada seguro, y que a pesar de la adversidad, con mucho esfuerzo y disciplina financiera lograron su objetivo tener sus comercios establecidos.

—Mi abuela Catalina Moisés Elías, me contaba que el primer día que trabajo mi abuelito Antonio Abraham Dib, lo hizo vendiendo casa por casa, y ganó un peso, de los que ahorró 70 centavos y con los 30 restantes se compró un francés y queso, fue una persona que con esta manera de administrarse con el paso de los años logró un capital y adquirió en Halachó, lugar en el que se asentaron, lugares de consumo con el cine, la fábrica de hielo, la  zapatería y la carpintería —recordó.

La familia Abraham Azar no está relacionada con los dueños de San Francisco de Asís que también se apellidan Abraham y que igual se asentaron en Halachó. El entrevistado refirió que a los 12 años de edad, su padre, César Augusto Abraham Moisés lo envió a estudiar al colegio Americano en Mérida, donde concluyó su secundaria y bachillerato.

—Ya no quise estudiar una carrera, porque sentía que lo mío eran los negocios, y aunque a mi padre en un principio no le agradó mucho la idea, lo entendió y me mandó a trabajar en los negocios de la familia que para entonces ya incluían varios autobuses foráneos que recorrían el camino real y que inclusive llegaban a México, entonces tenía 17 años —refirió José, quien también conoció el funcionamiento de la pesquería del camarón, donde sus tíos maternos tenían embarcaciones.

No pasó mucho tiempo para que de la mano de su esposa, su actividad empresarial diera un giro hacia la industria llantera y de servicios relacionados con el rubro como la venta, el montaje, la alineación y el balanceo, donde su suegro, Jaime Angulo Marín, era el propietario de uno de los cinco establecimientos del ramo que existían en Mérida de principios de los años setenta.

—Estoy muy contento, porque la empresa de mi suegro existió durante 32 años y desapareció al igual que las otras, y en nuestro caso ya cumplimos 50 años y tenemos muchos planes como aumentar de 28 a 30 el número de tiendas que están ubicadas desde Playa del Carmen a Ciudad del Carmen, contar con más camionetas para el rescate de los vehículos que sufren alguna avería con sus llantas en las carreteras de toda la Península y continuar creciendo en nuestra planta de revitalización donde con mis hijos estamos produciendo algunos productos como basureros y botecitos portalápices que son elaborados con hule, nuestra materia prima, que tanto nos ha dado —concluyó el entrevistado quien es considerado como uno de los más importantes líderes empresariales en Yucatán.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel

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