Por Carlos Pérez
Cada vez más nos damos cuenta de un área primordial en las organizaciones y que no sabemos capitalizar ni aprovechar, estamos hablando de la comunicación. Generalmente pensamos en términos de difundir a clientes nuestros productos y servicios mediante estrategias de publicidad, mercadotecnia o de relaciones públicas, sin embargo, nos estamos olvidando del activo más importante en la comunicación, es decir, los colaboradores; por ello es trascendental formalizar nuestra comunicación tanto hacia fuera de nuestras empresas como hacia adentro de ellas.
En el ámbito empresarial al ejercicio de utilizar la información para difundirla a los diversos públicos se le llama comunicación organizacional o algunos expertos le denominan comunicación corporativa, ambas se definen como el conjunto total de mensajes que se intercambian mediante estrategias y tácticas entre los diversos públicos de una organización, es decir, es el corazón de una empresa, la fuerza que mueve todo lo que hacemos dentro y fuera de ella. No obstante, muchas la utilizan de manera informal, no hay planes o programas establecidos que nos indiquen de mejor manera cómo informar de lo que hace la organización; por lo que es indispensable que los líderes de las organizaciones comprendan que utilizarla de manera formal se convertirá en unos de los activos más importantes de la compañía.
¿Pero que hacer para lograr formalizar la comunicación en las empresas? Primero que nada es necesario crear planes o programas, para lo cual se debe seguir una metodología y a continuación propongo una: primero y antes que nada investiga, averigua qué y cómo está comunicando, qué percepciones tienen tus públicos sobre lo que difundes; el segundo punto define los públicos a quienes le mandaras el mensaje; determina el objetivo de lo que vas a informar; asegura el proceso y los canales (medios) que utilizarás; genera una forma de evaluación para conocer cómo está funcionando. Estos podrían servir a las empresas que están por iniciar un plan de comunicación o para aquellos que desean formalizar sus procesos de comunicación.
En definitiva, las empresas deben entender que ya estamos en la sociedad de la información y que ante este ámbito empresarial hipercomunicado es urgente que formalicemos el eje transmisor de la esencia de las empresas, es decir, la comunicación. Usemos tecnología, sí, subámonos al tren de lo digital, también, pero nunca olvidemos que nada puede substituir a las personas y que mantener los canales de comunicación abiertos facilitará el desempeño organizacional e individual. No esperes más, ¡es el momento de diseñar tu plan de comunicación!
