Defensores ambientales vivieron violento 2020

En México, 18 activistas de este tipo fueron asesinados, mientras que otros 65 recibieron ataques

Los defensores defensores ambientales mexicanos padecieron en 2020 uno de sus años más violentos de la última década con 18 asesinatos, 65 ataques y un total de 90 agresiones, denunció este miércoles el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Las agresiones incluyeron ocho ataques vinculados con la oposición al Tren Maya, proyecto prioritario del presidente Andrés Manuel López Obrador para el sureste mexicano, indicó el “Informe sobre la situación de las personas defensoras de los derechos humanos ambientales en México 2020”.

La violencia de 2020 contrasta con las 39 agresiones registradas en 2019, de las que un tercio fueron homicidios, señaló el Cemda.

Desde su primer informe, la organización ha reportado 460 casos de agresiones a personas defensoras de los derechos de la tierra, el territorio y el medio ambiente en el periodo de 2012 a 2018.

“Luego de ocho años de registro y documentación, CEMDA constata que prevalece una violencia estructural y generalizada en contra de quienes defienden el patrimonio natural, la tierra y el territorio”, indicó el documento.

Además de ser es el país más peligroso para el periodismo del hemisferio occidental, según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), organizaciones internacionales sitúan a México como uno de los más peligrosos para activistas ambientales y defensores de derechos humanos.

El Cemda reportó el mayor incremento de agresiones en los estados de Chiapas, Campeche, Estado de México, Chihuahua, Ciudad de México, Guerrero y Veracruz.

Casi la mitad de las agresiones fueron contra defensores del sector forestal e inconformes con proyectos de vías de comunicación.

Más allá del Tren Maya, el informe documentó tres agresiones relacionadas con la carretera en San Francisco Xochicuautla, Estado de México; tres por la construcción del Puente Vehicular Xochimilco, en Ciudad de México, y tres más de construcciones de carreteras en diferentes estados.

La agresión más frecuente, por segundo año consecutivo, fue el homicidio, seguido por las amenazas, la intimidación, la criminalización, el hostigamiento, las lesiones físicas, la desaparición, el uso indebido de la fuerza pública, el robo, el desalojo forzoso, el secuestro, y el allanamiento.

En el 40 por ciento de los casos el agresor registrado fue presuntamente un agente del Estado y en 4.6% fue alguna empresa privada, advirtió el documento.

Texto y foto: EFE / Agencias

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