¿Descentralización o mudanza?

Un Estado descentralizado, al igual que uno democrático es mucho más caro que los atributos opuestos: centralizado y antidemocrático. El criterio de lo económico en las decisiones políticas no debe ser el único a tomar en cuenta para sopesar las ventajas de las políticas públicas.

Mucho se ha dicho acerca de la llamada “descentralización” que pretende realizar AMLO una vez que llegue a la silla presidencial. No obstante, la descentralización no es un simple acto de mudanza en el cual las oficinas se lleven a empleados y recursos al interior de los estados.

La descentralización, ante todo, refiere a un proceso democrático y de gobernanza. Supone que la posibilidad de que los bienes y servicios que administra el Estado puedan redundar en mayores beneficios a la sociedad si son más próximos y empáticos con sus necesidades particulares y si no dependen de un órgano central que requiera grandes trámites, distancias o tiempos para su distribución.

Recordemos tres principios básicos de lo que se llama descentralización. El primero de ellos es el denominado Autonomía Local el cual se refiere a la posibilidad del trabajo coordinado y autónomo entre los diferentes niveles de gobierno para auxiliar al ciudadano en sus necesidades. Cada nivel de gobierno debe contar con las garantías de poder ejercer el mandato de la ciudadanía sin interferencias ni subordinaciones, ni legales ni económicas ni políticas.

Esto implica que algunas competencias del Estado se sitúan a nivel federal (como un único ejército para la defensa de la soberanía); otras a nivel estatal y otras a nivel local para responder a los ciudadanos del modo más eficaz y eficiente posible.

El segundo, la Subsidiariedad, de orden organizativo, se refiere a que las decisiones deben adoptarse en el nivel más cercano posible a los ciudadanos. Obviamente, este principio deja ver que a veces hay diferencias entre lo que los Estados y la

Federación ven como prioritario y se convierte en ocasiones en una lucha por saber a quién le corresponde la competencia de decidir sobre ciertos temas o recursos.

Por último, se habla de Suficiencia de Recursos. Para la descentralización, todas las instituciones involucradas en todos los niveles deberán contar con los recursos necesarios para realizar sus funciones, y en ello se engloban los recursos financieros, materiales y humanos. Esto, por supuesto, incluye la capacitación para la función pública y los conocimientos adecuados para cada rubro.

Si con la mudanza de las secretarías al interior de los estados Andrés Manuel está seguro de cumplir al menos estos tres principios básicos, está llevando a cabo una verdadera descentralización. Si no es así, eso se llama mudanza.

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