Por Arturo Pérez
Es cierto, los directores deportivos no se encargan de entrenar a los futbolistas ni de anotar los goles, tal vez por eso no se reconoce la labor que desempeñan y sus responsabilidades. Lamentable que Miguel Herrera demerite tanto el trabajo de Ricardo Pelaéz, a final de cuentas, si no fuera por el, probablemente aún no habría ganado un título.
El director deportivo se encarga de planificar junto con el entrenador la temporada, de gestionar los fichajes, es el que facilita el trabajo del entrenador para conseguir los jugadores que necesita para poder jugar al estilo que quiera. Ojo, los que necesita, no necesariamente los que quiere.
Ricardo Pelaez basta como ejemplo para entender esta labor. El América de la mano de Pelaéz y de entrenadores como Miguel Herrera, Mohamed, Nacho Ambriz, La Volpe y Gustavo Matosas logró cosas importantes en los seis años que estuvo ahí. Entre sus éxitos más importantes: dos Ligas MX, una Copa MX y una Copa Concacaf, eso sin contar las finales a las que ha llegado el club. Y en todos estos triunfos, la única constante fue Pelaéz. Los entrenadores se marcharon en su momento y llegaron otros, con los jugadores sucedió lo mismo.
Este torneo llegó a Cruz Azul para apoyar a Pedro Caixinha, que ya cumplirá un año de estar al frente de la Máquina Celeste. El equipo del portugués no jugaba mal, pero con la llegada de Pelaéz, y de los fichajes correctos que se acoplan a lo que el entrenador necesitaba, lograron armar un equipo que el día de hoy inicia su lucha por conquistar el doblete.
