Dua Lipa y la dilución del pasado

Por Marcial Méndez

Entre toda esta situación del coronavirus se me pasó desapercibido el nuevo álbum de Dua Lipa: Future Nostalgia. No soy fanático de la artista, pero las buenas críticas de este nuevo esfuerzo de estudio llamaron mi atención y el que varias fuentes describieran el álbum como “nu-disco” (un género musical al que le tengo mucho aprecio) terminaron por convencerme de finalmente echarle un oído hace unos días. Lo que me encontré fue un álbum de pop decentucho sobre el cual no hubiera escrito si no hubiera sido por esa etiqueta de “nu-disco” que me engatusó a escucharlo a pesar de que de ese género no tiene prácticamente nada.
Para quien no lo conozca o lo ubique, el nu-disco es, como su nombre revela, un estilo musical que transporta al disco setentero a la actualidad con técnicas de producción y convenciones modernas. Aunque el género en su estado puro jamás llegó al tope de las listas de éxitos (hasta donde recuerdo), varios de sus artistas sí alcanzaron gran popularidad en lo “mainstream” como, por ejemplo, Breakbot, cuya música se adecuaba a las sensibilidades indie-pop de su época al mismo tiempo que mantenía un claro toque disco que, si bien no era tan funky o groovy como el del pasado, sí tenía una clara correspondencia con aquel.
Unos años más tarde Dua Lipa saca un álbum que es catalogado como nu-disco a pesar de sonar como cualquier otro esfuerzo de pop contemporáneo salvo uno que otro sonido aislado aquí o allá. El estilo vocal es moderno, los ritmos son modernos, la instrumentación y la producción son predominantemente modernas, ¿dónde quedó el disco del nu-disco?
La cuestión va más allá del género específico y de las etiquetas que usamos para referirnos a la música que rescata las tendencias del ayer. En su momento, Dua Lipa declaró que en Future Nostalgia retomaba las influencias de múltiples décadas pasadas para crear un sonido atemporal, pero apenas y hay algo de eso en su álbum, el cual apenas y posee la dosis mínima de retazos del ayer para más o menos lograr diferenciar su trabajo de propuestas pop homólogas casi intercambiables.
El título del álbum parece referirse a la razón de mi desilusión. Esta es la nostalgia que promete el futuro: un pasado diluido hasta volverse irreconocible, convertido en sonidos que día con día tienen menos que ver con los originales. Una nostalgia que borra su objeto de añoranza.

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