EDITORIAL

El miércoles, uno de nuestros políticos mexicanos nos dejó una frase para la posteridad. De las más increíbles de las que tengamos memoria, principalmente por la cantidad de mentiras y sandeces que expresa en unas pocas letras.

Y quien nos legó esa muestra de sublime razonamiento fue el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, sí, ese mismo que hace unos meses nos deslumbró con otras de sus frases de antología cuando declaró que Rafael Moreno Valle y a su esposa los había castigado la justicia divina.
Pues bien, en esta ocasión afirmó que “el coronavirus sólo les da a los ricos y que los pobres, como él, pueden estar tranquilos”. Y como bien mencionamos, en esta frase hay tres mentiras en apenas 17 palabras.

En primera instancia creo que no hace falta explicar porque es una tomadura de pelo eso de que sólo los ricos deben preocuparse del coronavirus. Por consiguiente, la segunda falacia es que los pobres pueden estar tranquilos, cuando no es así, sino que deben estar vigilantes y cuidándose de no padecer la enfermedad.

Y por último, su mentira más grande (y también más indignante) es que afirme que es pobre, cuando está perfectamente documentadas sus varias propiedades (una de ellas valuada en más de 10 millones de pesos). Si en Puebla es ser pobre, entonces a lo mejor el señor gobernador de Puebla cree que se encuentra en Dubai…

 

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