Editorial

El Gobierno del Estado, especialistas, y el Ayuntamiento de Mérida coincidieron en una realidad que ha sido difícil y trágica a la vez.

Nuestro subsuelo se encuentra rebasado y el manto freático subió 5 metros, una situación que nunca habíamos vivido en Yucatán y que ha dejado todas las inundaciones que estamos viendo hoy en día.

Pero al final todo esto sigue siendo una enseñanza y una experiencia para el futuro, porque hay que estar preparado desde todos los frentes para afrontar una contingencia de este tipo. Se aprendió mucho de las anteriores experiencias por huracanes, pero en esta ocasión entendimos otra cosa.

Sabemos que la gente puede optar por desesperarse por la falta de luz o agua, o el exceso de agua. Pero hay que tomar en cuenta que cuando llegó “Isidoro” hubo gente que se quedó un mes sin servicios básicos en su vivienda y que obtenían el agua a base de pipas.

Hemos avanzado sin duda alguna, porque ahorita ya no vemos esos plazos tan largos sin servicios públicos, pero la naturaleza nos recuerda que aún tenemos mucho que aprender, porque de estas experiencias siempre sacamos algo… aunque sea mucha agua.

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