Editorial

Luego de las emociones vividas anteayer con el rechazo del préstamo para la reactivación económica, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) revivió de las cenizas y volvió a estar en boca de todos, pero para desgracia de ese instituto no por un tema bueno, sino todo lo contrario, ya que hubo amenazas por parte de su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, quien ni presto ni perezoso sacó la espada y estuvo a punto de partir a la bancada del tricolor en el Congreso del Estado.

Pero al final parece que solo fue un amago, porque luego de algunas horas se volvió más mesurado y comenzó a hablar de diálogo con los diputados “rebeldes”.

Tan fuerte estuvo la cosa que incluso salió en su defensa el senador de Yucatán (y única figura vigente de este partido en Yucatán) Jorge Carlos Ramírez Marín, quien advirtió que a uno de los que quería sacar era el que más votos le dio a su partido en la pasada contienda electoral.

En fin, tremendo relajo se armó, tan es así que ya parece que el rechazo al préstamo fuera cosa pequeña.

Pero no crean que la situación ya acabó acá, porque hay cinco municipios que también están haciendo su lucha por pedir crédito para obtener más recursos, pero así como está el tema en el Congreso, puede que sea un esfuerzo infructuoso.

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