Editorial de Peninsular Punto Medio

El tema del cese de Irma Eréndira Sandoval constituye otro caso de un funcionario de alto nivel que deja el equipo del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero la salida de la extitular de la Secretaría de la Función Pública se da en medio de temas muy diferentes a los de otros, como Carlos Urzúa.

La mayoría de los miembros del gabinete que han dejado la administración federal lo hizo en medio de un desencanto por su parte. Entraron a la llamada “4T” con la idea de trabajar en un proyecto que parecía verdaderamente transformador, pero se toparon con muchas de las cosas que antes criticaban.

Sin embargo, en lo que respecta a Eréndira Sandoval, la situación es diferente, ya que en este caso sí fue cesada por López Obrador, y lo hace en medio de una serie de polémicas que han ido minando su credibilidad y reputación. Aunque quizás lo que en realidad la marcó fue el posible activismo político y los pleitos que ya tenía con otros actores importantes de Morena.

Al final, y a pesar de las palabras del Presidente, se trata de una funcionaria que no tuvo un buen desempeño en el cargo que le fue impuesto, y que al final se va peor que como ingresó.

Pero habrá que estar pendiente de las acciones de los próximos días, porque a lo mejor descubrimos que fue reubicada en un cargo de menor exposición mediática para tapar “el ojo al macho”, como se dice de manera popular.

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