Ejemplo de lealtad a la receta familiar

Hace 50 años, Fernando López Ventura abre su fábrica de pisos de pasta, que su nieto, el doctor Jorge González López continúa, pese a que es una industria que cada vez tiene menos exponentes, por nuevas técnicas

Con orígenes en el municipio de Maxcanú, la familia González se ha caracterizado por ser un ejemplo de trabajo constante y de compromiso con la sociedad, que se refleja tanto en su actividad comercial como en el ambito profesional. Platicamos con el Dr. Jorge Carlos González López, quien contra viento y marea continúa con el negocio de fabricación de pisos de pasta que iniciara su abuelo Fernando López Ventura hace más de 50 años, que en la actualidad es de las industrias que está en riesgo de desaparecer en virtud de que con la llegada de los pisos de cerámica, que se producen con una técnica diferente a los que se elaboran de manera artesanal, por lo que están en desventaja en cuanto a los precios, aunque siguen teniendo demanda, especialmente cuando se restauran las antiguas casonas en el centro de la ciudad.

En su momento había 78 fábricas de mosaico en Merida, con el tiempo desaparecieron la Ladrillera Nacional, Mosaicos Narváez, Eureka, la Unión de Ladrilleros y El Águila de Alberto Zaoul, mientras que en la actualidad se mantienen la fábrica de mosaicos que funciona en Ucú, la Peninsular del ingeniero Durán que abrió una sucursal recientemente y la de González López que es la Fábrica de Mosaicos y Ferrotlapalería Cristy, ubicada en la calle 36 de la Vicente Solis.

—Mi abuelo trabajaba en una tienda de polvo y sascab que era de Álvaro Ponce Vidiella que era el dueño de los Leones de Yucatán y socio mayoritario de la Cervecería Yucateca, y cuando terminó con él su relación laboral, se decidió a poner su negocio, y yo le ayudaba” recordó González que a la fecha a sus 68 años de edad, sigue atendiendo personalmente al publico que pide el cemento gris por kilo o que quiere una batea o un tinaco de concreto.

—Lo de los mosaicos, las bateas, los pisos y tinacos lo comenzamos a trabajar por iniciativa mía y de mi hermano Jose Fernando, que es ingeniero civil, ya había terminado mi carrera de odontólogo y seguía ayudando al abuelo que ya estaba muy mayor y un día me dijo que tenía la libertad para hacer otra cosas y le tome la palabra —recordó el entrevistado, quien dijo que durante el tiempo que ejerció, 15 años, viajaba tres veces por semana a Maxcanú, donde conoció a muchos paisanos de su abuelo y donde vivió situaciones muy gratas en torno a su labor profesional.

—Trabajé a la par en Mérida en el consultorio que tenía en el Pasaje Camino Real el Dr. Hirán Hernández Victoria (Q.E.P.D.) donde atendía los martes, jueves y sábado previa cita y aunque me fue muy bien y cada año cambiaba mi auto, era muy riesgoso viajar a Maxcanú porque en ese tiempo la carretera era de dos carriles y había muchos accidentes, de hecho varias veces me sacaron del camino los tráilers, por ello me decidí a atender el negocio que inició mi abuelo como una manera de mantener vivo su recuerdo —dijo el entrevistado, quien entre sus mayores orgullos cuenta a sus dos hijas, las maestras Maria Cristina y María Georgina, a quienes ha heredado el gusto de hacer su labor con amor y gusto.

—Tuve muchas satisfacciones en el ámbito profesional, donde atendía por igual a gente de recursos que a gente humilde que entonces pedían de manera frecuente que se les colocaran piezas dentales de oro o fenestradas, como se le llamaban —dijo el entrevistado quien con este mismo espíritu, en su momento también llegó al servicio público.

Desde los 18 años me comenzó a llamar la atención la actividad política participé en las lides estudiantiles en la Preparatoria y luego en la Facultad de Odontología donde fui presidente de la Sociedad de Alumnos, donde conseguí becas para los compañeros que no tenían recursos para lo que me apoyo mucho para lograrlo el entonces rector de la Universidad de Yucatan, el Dr. Alberto Rosado G. Cantón.

Más adelante, durante la administración de Federico Granja Ricalde, fue director de la Cousey y después de ser candidato a la presidencia estatal del tricolor en 2002, ahora nos adelantó que buscara ser aspirante a la presidencia municipal representando al PRI, institución de la que afirma lleva en el corazón y en la que milita por convicción.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel

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