El adiós de Laura

Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
latribunaesnuestra@gmail.com

Todos los días en algún rincón del mundo surgen nuevas estrellas del deporte que, aún sin saberlo, comienzan desde ahora a escribir su propio destino que, de la mano del esfuero y la dedicación, los llevará a convertirse en grandes exponentes de alguna disciplina deportiva. Pero también, cada determinado tiempo, llega el momento de decir adiós a eso que tantas alegrías nos dio.

Laura Sánchez Soto nació en Guanajuato en 1985, a temprana edad y aún sin saber nadar se quedó maravillada por los clavados. A los 16 años participó en la Olimpiada Nacional donde obtuvo medalla de oro y plata, comenzando así una exitosa trayectoria en el deporte. Porque hace un par de décadas esta justa nacional realmente se enfocaba en detectar nuevos talentos y, a partir de eso, pulirlos para que logren despuntar.

Hablar de la carrera de Laura es hacer referencia a una colección de medallas que llegaron como fruto de su gran disciplina. En Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe, se dedicó a cosechar metal tras metal siendo parte de una generación que continuaba con el legado ganador que otros exponentes de los clavados, antes de ellos, habían construido en México.

A esta increíble deportista la podías ver saltando desde la plataforma como del trampolín, aunque éste último sin duda era su prueba insignia. Representante de nuestro país en tres Juegos Olímpicos estuvo presente en Atenas y Beijing, pero fue Londrés donde cumplió el sueño de todo atleta olímpico. Sin ser una de las favoritas y con una lesión en el hombro a cuestas, logró sobreponerse a las adversidades y subirse al podio, consiguiendo la medalla de bronce de la prueba de trampolín de tres metros individual femenil.

Lo que siguió después no es muy diferente a lo que pasa con otras atletas de México o del mundo. Después de muchos años dedicada a su deporte, Laura decidió convertirse en mamá haciendo una pausa a su carrera pero con la disciplina para retornar y preparse para el siguiente ciclo olímpico. Sin embargo, la federación mexicana de natación decidió no contemplarla excluyéndola del selectivo y fue así como Laura le puso fín a su carrera. Al menos la primera vez.

En su vida también ha habido momentos difíciles, incluso polémicos, que marcaron muchos “antes y después” y a los que tuvo que hacerles frente siendo muy jóven pero, que de cierta manera, la ayudaron a convertirse en la mujer que es hoy en día, como entrenadora, atleta y mamá. Por ello su determinación para volver de nuevo a la alberca, aún sin ningún tipo de apoyo e intentar agrandar su récord

Hace una semana, durante el control técnico y en medio de toda la incertidumbre que se vive ahora en este deporte a nivel nacional, Laura sufrió una lesión que le impidió presentarse y buscar el boleto para Tokio. Después de meditarlo detalladamente, en los últimos días anunció de manera oficial su retiro del deporte.

Nunca es facil decir adiós, eso es cierto, pero Laura lo tuvo muy claro; no hay arrepentimientos, al contrario, ella sabe que su nombre está ligado a la historia como la única clavadista mexicana que ha conseguido una medalla olímpica en solitario y sabe que es momento de que nuevas generaciones continúen con ese legado. Porque a veces despedirse, también significa crecer.

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