El local ubicado en el Mercado Lucas de Gálvez es de los más buscados por comensales nacionales y extranjeros
“Cuando te gusta hacer algo, y lo realizas con pasión, deja de ser un trabajo. Y en mi caso, eso es lo que sucede al momento en el que estoy cocinando o atendiendo al público”, dijo a Punto Medio Fernando Sosa García, quien desde hace 19 años se hizo cargo del negocio familiar, la Coctelería el Campeón de Ciudad del Carmen, que no se encuentra en la Perla del Golfo, sino en el área de mariscos del Mercado Lucas de Gálvez.
-El primer dueño del puesto, al que no conocí, pero que la gente cuenta que se llamaba Jorge y que era un boxeador amateur carmelita, fue quien le puso el nombre al negocio; y así se quedó con el segundo dueño, quien también se llamaba Jorge, y desde hace 22 años cuando la compró mi familia, se decidió mantenerlo, porque ya gozaba de buena fama, la cual mantenemos con mucho trabajo y esmero– explicó el entrevistado, quien recordó que sus abuelos don Fernando y doña
Ángela, comenzaron a vender pescado frito en este mercado, cuando aún los puestos que ocupaban eran de madera.
Y mientras observamos la manera en la que los camarones son empanizados, Fernando confesó que aprendió a cocinar mirando, ya que, dijo, es muy penoso para preguntar; y vaya que aprendió bien, ya que su establecimiento es uno de los más buscados por el público local y por los visitantes nacionales y extranjeros que, cada vez que regresan a Mérida, no dejan de visitar el mercado para comer en el Campeón los sabrosos tacos de camarón al mojo de ajo, a la mexicana, a la vinagreta, de ensalada mixta, de pulpo frito o en su tinta y los de cherna a la mayonesa.
-Una de las experiencias más gratas, fue recibir la visita diaria de una pareja de japoneses durante su estancia de dos semanas en la ciudad, que ya sea para desayunar o para almorzar venían con nosotros, y el ultimo día que estuvieron nos trajeron un pastel, según explicaron, hablando un poco de español, que fue en agradecimiento porque les gustó la comida– recordó el entrevistado.
Precisamente antes del 24 llegó a Mérida un grupo de danza que desde hace ocho años suele visitar la ciudad, y que siempre acuden a comer en el Campeón.
– Es muy especial su visita porque se toman fotos con los que trabajamos aquí, la verdad es que esas experiencias tan agradables, no se pueden pagar con nada, se siente uno bien– dijo Fernando, quien no aparece en las imágenes por petición especial, ya que es algo a lo que reconoció, no es muy afecto.
Así es que la que aparece en las gráficas es la amiga Gloria, quien comentó que el platillo que más se pide es el camarón empanizado, al igual que la sopa de mariscos, que lleva chivitas y hasta jaiba y pulpo, cuando es temporada.
– Cuando no (es temporada) le ofrecemos al público calamar, pero eso sí, antes se le explica al cliente, porque hay quienes tienen tan fino el paladar que saben en seguida si es pulpo o calamar lo que están comiendo– explicó.
Una de las cosas que caracteriza al Campeón de Ciudad del Carmen es que, por años, a los comensales se les recibe con un vaso de jugo de ostión de cortesía que, acompañado de su juguito de limón, su pimienta y cebollita, es algo verdaderamente espectacular.
-La gente que lo sabe lo pide, y a quien no, se le ofrece, es parte de la tradición que se mantiene y que le gusta saborear a la gente antes de comerse sus tacos o mientras espera a que le preparemos su ceviche– comentó Fernando.
Señaló que ante los cambios de paraderos que se hicieron en la calle 56 A, ya no se permite que se estacionen vehículos, lo que afectó un poco la venta, por lo que ya era lo mismo abrir a las cuatro y media o a las ocho como acostumbra desde hace unos años.
-Antes estaba mejor la venta porque los taxistas en la puerta del mercado acostumbraban hacer su cambio de turno y venían a comer sus mariscos, pero la gente es muy noble y aunque llegamos un poco más tarde seguimos contando con el favor de su preferencia y nosotros le correspondemos ofreciéndoles algo sabroso– puntualizó el entrevistado, quien invitó al público a calificar su sazón.
